sábado, 2 de noviembre de 2024

Un afroamericano en el Titanic

¿QUIÉN ERA EL ÚNICO PASAJERO AFROAMERICANO DEL TITANIC?
Descubre su asombrosa historia.

Muchos conocen las trágicas historias de los pasajeros del Titanic, el lujoso transatlántico que se hundió en abril de 1912, pero pocos han oído hablar de Joseph Laroche, el único pasajero negro a bordo de este célebre barco. Su historia es un recordatorio de que el Titanic fue un microcosmos de la diversidad y las complejidades sociales de la época.

Joseph Philippe Lemercier Laroche nació en Haití en 1886, hijo de una familia prominente y adinerada en la isla caribeña. Desde joven, demostró ser un estudiante brillante, y a la edad de 15 años, fue enviado a Francia para estudiar ingeniería, una oportunidad poco común para alguien de origen haitiano en aquella época. Fue en Francia donde conoció a su futura esposa, Juliette Lafargue, una mujer francesa con quien contrajo matrimonio.

La vida en Europa para Laroche no fue sencilla. A pesar de su talento y formación, el racismo que enfrentaba dificultaba su progreso profesional. Aunque había conseguido un buen puesto como ingeniero, el color de su piel lo relegaba a salarios bajos, lo que afectaba la calidad de vida de su familia, que incluía dos hijas pequeñas y una tercera en camino.
Fue esta precaria situación económica lo que impulsó a Laroche y su esposa a decidir regresar a Haití, donde Joseph esperaba encontrar mejores oportunidades laborales. Inicialmente, la familia tenía previsto viajar en el buque "La France", pero las estrictas políticas respecto a los niños a bordo hicieron que cambiaran su billete por uno en el Titanic.

El 10 de abril de 1912, la familia Laroche abordó el Titanic en Cherburgo, Francia. Aunque Laroche viajaba en segunda clase, la segregación y las tensiones raciales aún prevalecían en el barco, lo que lo convirtió en una figura atípica en un transatlántico lleno principalmente de europeos y norteamericanos blancos. A pesar de esto, Laroche, su esposa y sus hijas disfrutaron de los lujos que ofrecía la clase en la que viajaban.

El fatídico 14 de abril, cuando el Titanic chocó contra el iceberg, Joseph Laroche actuó con rapidez. Ayudó a su esposa y a sus dos hijas a abordar un bote salvavidas, asegurándose de que estuvieran a salvo antes de regresar a la cubierta. Lamentablemente, como muchos otros hombres que quedaron a bordo, Joseph no sobrevivió. Su cuerpo nunca fue recuperado.
Juliette y sus hijas, que sobrevivieron al desastre, regresaron a Francia, donde Juliette dio a luz a su tercer hijo unos meses después.

Nunca volvieron a Haití. La historia de Joseph Laroche se mantuvo en gran parte desconocida durante décadas, opacada por las historias de las figuras más prominentes que viajaban en el Titanic. Sin embargo, en los últimos años, su legado ha comenzado a ser redescubierto como un símbolo de resistencia y tenacidad en una época marcada por las barreras raciales y sociales.

La historia de Laroche es un recordatorio de las vidas diversas y complejas que se perdieron en esa tragedia y de cómo, incluso en momentos de desesperación, las acciones de un hombre reflejan la fuerza y el sacrificio por su familia.

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