Fue un Salsero y un guerrero

"Me llamaban El Salsero porque bailaba salsa fuera del ring, pero arriba no bailaba: arriba dejaba sangre." —Alfredo Escalera. Nacido en Carolina en 1952, se abrió paso a los golpes hasta conquistar el título superpluma del CMB en 1975, noqueando en Japón a Kuniaki Shibata y convirtiéndose en campeón el mismo día en que Ángel Espada también se coronaba, un día histórico para Puerto Rico que duplicó de golpe a sus campeones. Escalera defendió la faja diez veces, se volvió figura popular en la isla y hasta ídolo mediático, pero su reinado encontró un rival inmortal: Alexis Argüello. En Bayamón, en 1978, vivió la que sería llamada "La sangrienta batalla de Bayamón": nariz rota, dientes partidos, lengua cortada, un ojo cerrado… y aun así siguió hasta caer en el round 13 frente al nicaragüense. Fue brutal, fue legendario. La revancha en 1979 tuvo la misma historia: corazón de campeón hasta el último aliento, derribado en el asalto 13. Después vinieron la lucha libre, intentos de regreso, triunfos menores y derrotas inevitables, pero su nombre ya estaba escrito. Alfredo "El Salsero" Escalera no solo fue campeón, fue un guerrero que encendió a su gente y que dejó una de las peleas más sangrientas y memorables en la historia del boxeo. 🥊🇵🇷