miércoles, 19 de noviembre de 2025

Un momento eterno

En medio del rugido de los bombarderos estadounidenses, mientras la tierra vibraba y el aire se llenaba de polvo y fuego, un guerrillero vietnamita hizo algo que ningún manual militar podía explicar.
Soltó su rifle.

No corrió al refugio más cercano. No buscó cobertura. Corrió hacia el corazón del peligro.

Allí, entre el humo y los gritos, vio a dos niños paralizados por el terror: dos figuras diminutas atrapadas en un fuego cruzado que no entendían. En cuestión de segundos, el guerrillero se lanzó hacia ellos, se agachó y envolvió sus pequeños cuerpos con el suyo, convirtiéndose él mismo en escudo humano.

La fotografía que inmortalizó ese instante no muestra una victoria militar, ni una estrategia brillante. Muestra algo más profundo: un hombre que eligió la compasión por encima de la supervivencia.

No sabía sus nombres. No conocía su historia.
Solo sabía que debían vivir.

A veces, en medio del ruido ensordecedor de la guerra, la humanidad habla en susurros: un gesto, una decisión, un cuerpo que se interpone entre la violencia y la inocencia.

Un soldado. Dos niños.
Un segundo eterno que recordó al mundo que el verdadero coraje no siempre dispara… a veces protege.

Un fragmento de humanidad que rara vez aparece en los titulares occidentales.
Pero que merece ser recordado.

Créditos a quién corresponda 👍

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