Primero, lo esencial: el hígado graso sí se puede revertir
El hígado graso (o esteatosis hepática) ocurre cuando se acumula más grasa de la que el hígado puede manejar. Pero la buena noticia es que el hígado es un órgano con una capacidad enorme de regenerarse, siempre que le des las condiciones adecuadas.
Y no, no hay “jugos mágicos” ni “pastillas detox”: la limpieza real del hígado ocurre cuando cambias lo que lo sobrecarga.
1. Reduce el azúcar y los ultraprocesados (el golpe más fuerte para el hígado)
La causa más común del hígado graso no es el alcohol, sino el exceso de fructosa y carbohidratos refinados: refrescos, bollería, pan blanco, zumos industriales, cereales de desayuno, etc.
2. Prioriza proteínas y grasas saludables
Un hígado sano necesita materia prima para repararse.
Incluye en tu día a día:
- Pescados azules (salmón, sardina, caballa)
- Huevos
- Aguacate, aceite de oliva virgen extra, frutos secos
- Legumbres (lentejas, garbanzos, soja)
Estas grasas y proteínas ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y reducen la acumulación de grasa en el híga
3. Muévete, aunque sea poco
El ejercicio es casi un “fármaco hepático”: mejora la función mitocondrial del hígado y ayuda a “quemar” la grasa almacenada en él.
4. Ayuno intermitente (bien hecho)
Dar descansos al cuerpo entre comidas puede ayudar a reducir el depósito de grasa hepática y mejorar los niveles de insulina.
Pero ojo: no es para todos. Si tienes diabetes, hipoglucemia o problemas digestivos, consulta antes con tu médico.
5. Hidrátate y duerme bien
El hígado necesita agua para filtrar desechos.
- Bebe entre 1,5 y 2 L al día (más si haces ejercicio).
- Dormir al menos 7 h de calidad por noche favorece el equilibrio hormonal y la reparación celular.
6. Alcohol: cero, aunque sea “poco”
No existe una dosis segura de alcohol si tienes el hígado graso. Incluso pequeñas cantidades pueden agravar la inflamación hepática.
Si lo eliminas durante unos meses, notarás la diferencia en tu energía, digestión y análisis de sangre.
7. Algunos apoyos naturales útiles (con evidencia)
No sustituyen los cambios de vida, pero pueden ayudar:
- Café (sin azúcar): protege las células hepáticas y reduce el riesgo de fibrosis.
- Cardo mariano (silimarina): antioxidante con buena evidencia en salud hepática.
- Té verde: ayuda a reducir la grasa corporal y mejora los marcadores hepáticos
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