Thairo Estrada, prospecto de los Yanquis, reveló ayer que fue herido de bala en un intento de robo en Bejuma, estado Carabobo. El infielder se recupera del balazo en el muslo y espera volver al terreno pronto. Es un archivo más para el historial de los peloteros venezolanos afectados en los últimos meses por la delincuencia en el país
Un hombre salió con su esposa de un restaurante en Bejuma, estado Carabobo. Ambos caminaron un poco, cuando dos adolescentes se acercaron. Los supuestos menores de edad les exigieron a la pareja dinero en efectivo y celulares. Evidentemente, el escenario se trataba de un robo. La víctima masculina no entregó nada y, de acuerdo con los relatos, no porque no quisiera hacerlo: No tenía moneda física y tampoco cargaba su celular encima. Uno de los malechores le disparó en una pierna al desafortunado sujeto.
Un hombre salió con su esposa de un restaurante en Bejuma, estado Carabobo. Ambos caminaron un poco, cuando dos adolescentes se acercaron. Los supuestos menores de edad les exigieron a la pareja dinero en efectivo y celulares. Evidentemente, el escenario se trataba de un robo. La víctima masculina no entregó nada y, de acuerdo con los relatos, no porque no quisiera hacerlo: No tenía moneda física y tampoco cargaba su celular encima. Uno de los malechores le disparó en una pierna al desafortunado sujeto.
El macabro y corto relato se ha convertido en una rutina en Venezuela, país inmerso en una crisis social que arrojó 26.616 muertes violentas el año pasado, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). La diferencia es que el herido de bala fue Thairo Estrada, prospecto de los Yanquis de Nueva York, que integra el roster de 40 de la organización.
El infielder, perteneciente a los Bravos de Margarita en la LVBP, reveló ayer el suceso que ocurrió en las postrimerías de enero. “Debido a la situación en Venezuela, la gente no tiene efectivo. No se camina por allí con efectivo”, le dijo pelotero a Brendan Kuty, periodista del Newark Star-Ledger, en el campo de entrenamiento primaveral de los Bombarderos del Bronx. “Yo tampoco tenía mi celular en ese momento, entonces me dispararon”.
La bala todavía se encuentra alojada en el cuerpo de Estrada pero, para su fortuna, la herida no afectará su carrera, que está en pleno ascenso tras vivir una campaña de más de .300 de promedio de bateo en Doble A y asistir a la Liga Otoñal de Arizona, que aglomera a los jóvenes más talentosos en las granjas de las Grandes Ligas.
“Él está bien”, aseguró Aaron Boone, manager de los Yanquis. “No será algo a largo plazo. Ha estado trabajando en la parte superior de su cuerpo y esperamos que comience a trabajar en la bicicleta la próxima semana. Esa es la actualización sobre Thairo. Lo hace muy bien mental y emocionalmente. Progresa todos los días. Atraviesa por un buen estado de ánimo en este momento. Somos optimistas”.
Si bien Estada, de 21 años de edad, puede superar las heridas físicas y llegar a las mayores-tal vez el próximo año- hay un aspecto que tarda en sanar: la sensación de sentirse seguro en su lugar natal. Vivir en paz en Venezuela es algo que no existe en este momento para la promesa. Abandonar para siempre el país luce como la mejor opción para él en este momento.
“La situación no es muy buena”, comentó el carabobeño. “Nosotros, los jugadores de beisbol, pensamos incluso en no volver más. No es muy seguro”.
Cada una de las palabras de Estrada está argumentada por los hechos recientes. Su caso le agrega una carpeta más al archivero del hampa vs.el beisbol. En noviembre Javier Betancourt, infielder de los Leones del Caracas y de las granjas de los Cerveceros de Milwaukee, recibió un tiro en un brazo después de una discusión a las afueras de un local en Las Mercedes, en Caracas. En enero, los Caribes de Anzoátegui sufrieron un gran hurto en el Estadio Universitario. El equipo campeón de la LVBP perdió guantes, zapatos y celulares. A principios de mes fue secuestrada la madre del receptor grandeliga Elías Díaz (Pittsburgh y Margarita), en el municipio San Francisco, en el estado Zulia. El delito lo cometieron cinco efectivos de la policía estatal.
EL DATO
Aunque no fue un encontronazo con el hampa y el caso es visto como un accidente, el lanzador Williams Pérez asesinó a su amigo César Quintero (52 años), la semana pasada, después de que se le escapara un tiro a su arma de fuego.
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