El problema para algunas personas es que comer dispara la necesidad de seguir comiendo, algo a lo que hasta ahora no se había encontrado explicación, pero puede que la incógnita haya quedado resuelta.
Un grupo de científicos ha demostrado en ratones que el resultado de una dieta rica en grasas no sólo es la obesidad, sino también la pérdida de una cuarta parte de las papilas gustativas, lo que ocasiona que la persona quiera seguir consumiendo alimentos. Esta pérdida dispara los problemas metabólicos que a medio plazo se traducen en más sobrepeso.
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Es una reacción bastante simple consumir más calorías si detectas que el sabor de la comida que estás ingiriendo no es lo suficientemente satisfactorio.
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