lunes, 16 de abril de 2018

En ruta de Bariloche a Chiloé

Una espectacular travesía andina entre Argentina y Chile


La pesca y el cultivo de musgo destacan en la actividad económica de Chiloé, la isla del sur de Chile en la que una lluvia fina descarga de forma casi permanente.


Una excursión en coche, por el paso del Cardenal Salmoré, desde la cara argentina de la cordillera, barrida por el viento patagónico, hasta las húmedas y feraces tierras de la vertiente chilena.
Tal y como quedó pactado a través de correos electrónicos, los representantes de una agencia de alquiler de vehículos esperan a los viajeros con un todoterreno en el aparcamiento del aeropuerto de San Carlos de Bariloche, en la Alta Patagonia, al sur de Argentina. Antes de partir, conviene revisar el estado del vehículo, la batería, los neumáticos, la rueda de repuesto... Todo listo. Primer destino, San Martín de los Andes, población encajonada en las faldas de la cordillera a orillas del lago Lacar y junto a los parques nacionales Nahuel Huapi y Lanín. Una zona salvaje donde la mitología indígena sitúa la roca tronadora que, cuando hay tormenta, emite un zumbido que se oye a kilómetros. Muy recomendable es el crucero de la región de los Siete Lagos, que cruza los Andes por agua.
En Villa Angostura, cercana a un gran centro de esquí que recuerda a los Alpes, abundan en la avenida principal las tiendas de lujo, restaurantes con corderos patagónicos en el escaparate y bares a cubierto del invierno austral por unos soportales de gruesas vigas de madera. Carretera abajo, hacia el Sur, se alcanza el paso del Cardenal Salmoré, pasillo entre montañas que conecta Argentina con Chile. Centenario cruce de culturas, este inhóspito pasaje natural muestra en pocos kilómetros un doble contraste entre ambos países. En el lado argentino, la carretera sigue siendo de tierra, ripio, porque "el Gobierno se ha quedado sin plata para asfaltarla", explica un habitante. Azotados por gélidos vientos patagónicos, en los cortados de piedra, yermos y collados de este lado del puesto fronterizo nieva mucho. Sigue media hora de papeleo en la aduana argentina y otro tanto en la chilena. Y un nuevo mundo se despliega en la vertiente este de la cordillera. La carretera se torna de asfalto y la temperatura se suaviza por la influencia del océano Pacífico: el paisaje de alta montaña se transforma en una jungla impenetrable, con cañas similares al bambú y plantas de hojas gigantescas. Poco a poco, la carretera se adentra en la región de los Lagos, la décima de Chile -las provincias están numeradas de Norte a Sur en este alargado país que, en sus más de 4.000 kilómetros de largo, nunca supera los 180 kilómetros de ancho-. El primer lago que se encuentra es el Puyehué, sosegado y llano, a las faldas de un abrupto volcán de 2.236 metros de altitud.
Carretera adelante se llega a Osorno, localidad próxima al volcán gigantesco del mismo nombre, donde se toma la Ruta 5, autopista que recorre el país de Norte a Sur paralela a los Andes. De allí a Puerto Varas, única localidad turística de la zona, a orillas del lago Llanquihué, de 50 kilómetros de diámetro, donde se cultivan salmones en granjas acuáticas -la exportación de salmón, criado como en Noruega, ha fortalecido la economía de la zona-. Las zonas de pasto y de bosque, el verde y la humedad acompañan la ruta.

Pesca en Puerto Montt

Capital del sur chileno, el puerto comercial y pesquero a orillas del Pacífico de Puerto Montt sirve de último gran punto de enlace con el extremo sur del continente. La montaña y el puro campo dan paso al trajín urbano y marinero. Los restaurantes del área portuaria ofrecen langostas, ostras y otros mariscos y pescados a buen precio recién sacados de las bodegas de los pesqueros.
Un transbordador desde Pargua desembarca en Chiloé. Con 180 kilómetros de largo, es una de las mayores islas de América del Sur. Los habitantes parecen ya indiferentes al diluvio constante de lluvia muy fina. La niebla y la mitología local convierten la isla en territorio misterioso, donde se cultiva y exporta musgo, y el Trauco, un genio de los bosques, derriba árboles y seduce a las mujeres que osan adentrarse en sus dominios. Tierra de chilotes -mestizos de mapuches y chonos-, en el fuerte de Ancud la bandera española ondeó hasta 1826. Y de sus más de 150 iglesias, un grupo de ellas, como la de Castro, declaradas patrimonio de la humanidad. Además de su iglesia, la localidad de Chonchi esconde una pequeña y singular vivienda triangular, cuyo propietario, Raúl Andrade, septuagenario, ex preso político de Pinochet, ideó en la cárcel hace más de 30 años.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir 
Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com). Hasta el 31 de marzo, España-Buenos Aires, ida y vuelta, desde 570 euros más tasas. 
Aerolíneas Argentinas (902 36 57 47; www.aerolineasargentinas.es). A Buenos Aires y Santiago, desde 640 euros. Con el programa de bonos Visite Argentina, de Aerolíneas, tres vuelos internos, desde 313 euros. 
CataiKuoni, Nobel, Marsans, Halcón y Politours, entre otras mayoristas, tienen viajes organizados a la región del Cruce Andino. Un programa de 12 días con Catai, por ejemplo, cuesta unos 2.300 euros.

Dormir y comer 
Cabañas Arique (00 54 297 242 92 62). Rivadavia, 1265. San Martín de los Andes. Argentina. Alojamiento en cabañas de madera para dos, cuatro o seis personas, desde 18 euros.

Información 
Turismo de Chile (900 10 20 60; www.sernatur.cl ). 
Turismo de Argentina (915 59 41 67; www.argentinaturistica.com).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de enero de 2003

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