Mover el cuerpo regularmente permite a las personas mantener la buena salud, a cualquier hora del día, aún en épocas de crisis
Emen.- Es ampliamente conocido el hecho de que la actividad física es buena para la salud. Lo que no todos conocen es el enorme cambio que puede darse cuando decidimos poner nuestro cuerpo en movimiento.
Hace cien años, las personas pasaban sus horas de vigilia haciendo tareas físicamente exigentes. Actualmente, se sientan en el trabajo todo el día, luego se van a casa y se sientan frente a la televisión.
Ello tiene efectos negativos en la salud, afectando a millones de personas en el mundo, razón por la cual los especialistas comparan sus alcances a los que genera la adicción al tabaco, por ejemplo.
En un estudio reciente publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, se comprobó que después de sólo tres años de sedentarismo, en adultos mayores de 30 años, se empieza a desarrollar resistencia a la insulina (un precursor de la diabetes), se incrementa la grasa corporal, merma la capacidad física, y se reduce materia gris en las regiones cerebrales responsables del control y coordinación motora.
En cambio, el ejercicio regular aumenta la energía y reduce la fatiga en adultos de todas las edades con diversas condiciones de salud -incluso los tipos que causan agotamiento, como la fibromialgia- y en personas sanas también.
La actividad física aumenta el tamaño y el número de las mitocondrias, que son las potencias celulares que ayudan a que el cuerpo funcione de manera eficiente.
Esta realidad ha servido de base para el establecimiento de cadenas fitness, como el caso de Gold’s Gym, que desde su creación se ha centrado en promover tanto la actividad física como los adecuados hábitos alimenticios.
Para hacer que la práctica de ejercicio sea más deseable y efectiva, Gold`s Gym Venezuela recomienda adoptar un enfoque orientado a las metas. Está demostrado que ciertas formas de actividad física son particularmente eficaces para lograr objetivos específicos y obtener resultados. Asistir a un gimnasio es una manera excelente de cambiar los hábitos y mejorar la salud. En este ambiente, la asesoría de especialistas, el adecuado entorno y el estímulo positivo, apuntan a crear el hábito de ejercitarse.
Además, todo movimiento cuenta. Según un estudio publicado en Medicina Preventiva, las personas que realizaban ráfagas cortas de actividad física -por ejemplo, rastrillando hojas o paseando mientras hablaban por teléfono, tenían una presión sanguínea, niveles de colesterol, circunferencia de la cintura y nivel de proteína C reactiva mejores que quienes eran totalmente sedentarios.
En todo caso, la decisión es suya. Elegir entre el sedentarismo que ponga en riesgo la salud o una existencia más plena, gracias a la medicina del movimiento.
Dos días para reflexionar
Cada 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física, fecha en la que se invita a la población global a ejercitarse regularmente para conseguir bienestar. Este 2018 el lema escogido por la Red de Actividad Física de las Américas (Rafa-Pana) es “Sea activo todos los días”.
El 7 de este mes se celebra también el Día Mundial de la Salud para conmemorar la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo de las Naciones Unidas encargado de gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud internacionalmente.
Esta efeméride es propicia para reflexionar sobre la importancia de promover buena salud y llevar a cabo comportamientos saludables para tener mejor calidad de vida. Según la OMS, las personas sedentarias presentan un riesgo de mortalidad entre 20% y 30% superior al de aquellas que son lo suficiente activas”, razón por la cual recomienda la actividad física regular y en niveles adecuados.
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