Una corte de apelaciones confirmó esta semana el fallo de un tribunal federal de Nueva York, que dio la razón al diario ante la demanda de Cabello por un reportaje con el que el venezolano aseguró que quiso manchar su imagen.
Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del chavismo venezolano tras el presidente Nicolás Maduro, ha perdido definitivamente la guerra que inició en los tribunales de Estados Unidos contra el diario The Wall Street Journal.
Una corte de apelaciones confirmó esta semana el fallo de un tribunal federal de Nueva York, que dio la razón al diario ante la demanda de Cabello por un reportaje con el que el venezolano aseguró que quiso manchar su imagen.
El reportaje en cuestión fue publicado en 2015 y en él, The Wall Street Journal aseguraba que Estados Unidos estaba investigando a media docena de altos funcionarios del Gobierno venezolano por presunto narcotráfico y lavado de dinero.
Uno de ellos era Cabello, que en aquel entonces era el presidente de la Asamblea Nacional. El rotativo aseguró que él era de hecho el objetivo central.
El periódico lo señalaba como uno de los líderes de una de las organizaciones de narcotráfico que enviaban droga a Estados Unidos y Europa con Venezuela como plataforma.
Cabello demandó a Dow Jones, el grupo dueño del rotativo, ante un tribunal federal de Nueva York, que consideró el año pasado que el segundo hombre fuerte del chavismo no había logrado acreditar que existiera una intención de calumniarlo por parte del diario.
Él apeló entonces y el caso llegó a la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito, que el miércoles ratificó la decisión del tribunal neoyorquino. “Coincidimos con la corte de distrito en que (Cabello) no ha logrado alegar convicentemente intención dolosa como se requiere”, indicó ésta en su fallo.
Múltiple acusado
Cabello es el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cuya cabeza es Maduro.
Pero no tiene ahora más cargo público que el de miembro de la Asamblea Constituyente, el controvertido organismo que impulsó el mandatario y que ha vaciado de poder a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición desde 2015.
Cabello ha sido acusado por distintas voces en Estados Unidos de narcotráfico y medios del país han especulado reiteradamente con la posibilidad de que sea sancionado por la administración norteamericana.
Pero lo cierto es que nunca lo ha sido, tampoco por la de Donald Trump, que ha impuesto varias rondas de sanciones a altos funcionarios del gobierno de Maduro, incluido el propio mandatario, desde la llegada del republicano a la Casa Blanca en enero de 2017.
Cabello “es el Pablo Escobar de Venezuela”, ha llegado a decir de él el senador republicano Marco Rubio, una de las voces que más escucha el presidente Trump en el tema venezolano.
Quien sí fue sancionado por narcotráfico nada más llegar al poder Trump fue el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, incluido por el Departamento del Tesoro en febrero de 2017 en la lista negra de narcotraficantes.
El Aissami era uno de los funcionarios venezolanos que The Wall Street aseguró en 2015 que estaban siendo investigados por Estados Unidos.
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