El economista José Guerra sostuvo que entre las medidas que se tendrían que tomar para superar la crisis económica del país, destacan desenredar la madeja que el Gobierno ha tejido con sus empresas, pues en 20 años de chavismo, el Estado empresario ha sido un fracaso.
“El reto para la Venezuela que viene es desmontar este armatoste jurásico del Estado empresario y pasar al Estado social, al servicio de la gente, no que se sirva de la gente”, afirmó el también diputado de la Asamblea Nacional (AN), en un artículo de opinión publicado en la web Banca y Negocios .
“El tamaño del gasto público en Venezuela tiene mucho que ver con el Estado que concibió Hugo Chávez y que consistió principalmente en la creación de un Estado empresarial pagado con la renta petrolera”, enfatizó Guerra.
Guerra comenzó el examen de esa quiebra del Gobierno por Pdvsa, “empresa inviable desde el punto de vista financiero y productivo. Al mes de junio de 2018 la producción propia de Pdvsa alcanzó 700.000 barriles diarios de petróleo, mientras que en 1998 se situó en 2.800.000 barriles diarios”.
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Siguió con Sidor, que ahora “funciona a menos de 10% de su capacidad instalada y Venezuela tiene que importar acero, cuando era la principal productora y exportadora de acero de y la que constituyó la segunda generadora de divisas para el país”.
Guerra calificó a Corpoelec, como “un monstruo burocrático que aglutina las empresas generadoras y distribuidoras de electricidad que está en bancarrota, sus ingresos no cubren ni 20% de sus gastos y como consecuencia hay fallas de suministro a lo largo del territorio nacional”.
Y otro tanto ocurre con las empresas hídricas que “tienen un flujo de caja negativo que les impide acometer las inversiones necesarias para almacenar, tratar y distribuir el agua potable y como resultado de ello, hay una escasez generalizada de agua potable”.
La red de Abastos Bicentenario, es otro ejemplo citado por Guerrea y dijo que “desde 2010 que la maneja el Gobierno ha presentado un deterioro que ahora se traduce en un proceso de quiebra y cierre técnico. La otrora Agroisleña, la principal productora y distribuidora de insumos agrícolas de Venezuela, estatizada por Chávez y luego llamada Agropatria, se ha convertido en un foco purulento de corrupción y también está quebrada”.
La Cantv, fue “estatizada también por Chávez en 2007, actualmente arroja pérdida y solamente con balances maquillados y dejando de invertir obtiene ganancias ficticias y el resultado es que Venezuela tiene la conexión de Internet e inalámbrica más lenta del mundo y los trabajadores devengan salarios de hambre”.
El Metro de Caracas está a punto de paralizarse de forma permanente por falta de mantenimiento e inversión, sus ingresos son literalmente cero. Las empresas de cemento fueron igualmente estatizadas por Chávez en 2007. Hoy esas empresas producen menos de la mitad de lo que producían aquel año e impera el mercado negro del cemento.
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