La comunidad escolar de Florida reclama un aumento en los fondos destinados a programas de salud mental
Alumnos del instituto de Parkland son escoltados por un soldado, febrero de 2018 |
Desde hace días circula en Twitter el hashtag #17plus2 (17 más dos). La etiqueta hace referencia a las 17 víctimas mortales del tiroteo en la escuela secundaria de Parkland (Florida) en febrero de 2018 y suma a dos supervivientes de la masacre que se quitaron la vida durante la última semana. El suicidio de los jóvenes marcó el primer aniversario de la Marcha por nuestras vidas, una multitudinaria manifestación liderada por los estudiantes de la escuela secundaria Stoneman Douglas para exigir un mayor control de armas. Las dos recientes pérdidas han estremecido nuevamente a la comunidad, que reclama más fondos destinados a programas de salud mental que ayuden a lidiar con el trauma a los afectados por uno de los tiroteos más sangrientos de la historia reciente de Estados Unidos.
Sydney Aiello, de 19 años, se quitó la vida el 17 de marzo. Hace poco más de un año su amiga Meadow Pollack había sido asesinada en su instituto ese fatídico 14 de febrero. Según el testimonio de su madre, Aiello padecía la “culpa de superviviente”. Un síndrome que afecta a algunas personas que han logrado sobrevivir a un evento traumático en el que otros murieron. Además, había sido diagnosticada de estrés postraumático. La identidad del segundo joven no ha sido revelada así como tampoco las circunstancias del “aparente suicidio”, como lo llamó la policía. Las autoridades pidieron no sacar conclusiones.
“Dejen de decir "lo superarás". Tú no superas algo que nunca debería haber sucedido”, escribió en su cuenta de Twitter el exestudiante de Parkland y activista David Hogg. “El trauma y la pérdida no desaparecen, sino que hay que aprender a vivir con ello a través de programas de apoyo”, agregó. Hogg, una de las voces más reconocidas tras la masacre propuso que todo el dinero que se pretende se pretende invertir en dotar a los profesores de armas en las escuelas -una idea avalada por el presidente Donald Trump- debería destinarse a la atención de la salud mental de los estudiantes, “algo que realmente salvará vidas”.
Funcionarios de la administración local de Parkland y miembros de la comunidad escolar se reunieron el pasado domingo urgidos por los tristes acontecimientos. El propósito del encuentro fue mejorar los servicios de apoyo destinados a los jóvenes y fomentar la relación padres-hijos. La alcaldesa de Parkland, Christine Hunschofsky, sostuvo que la comunidad recibirá próximamente copias del Protocolo de Columbia, un manual pensado para prevenir el suicidio que consiste en un cuestionario de máximo seis preguntas. Como muchas veces el dolor de los afectados no se deja ver, las respuestas a estas preguntas deberían permitir dilucidar si la otra persona está en riesgo. El grupo también decidió adelantar la apertura de un centro de bienestar y apoyo que estaría disponible para los miembros del instituto de Parkland.
El luto se extendió el lunes cuando se supo del aparente suicidio del padre de una de las víctimas de la masacre de la escuela Sandy Hook, en la que murieron 28 personas en 2012. Su hija de seis años fue parte de los 20 niños asesinados esa mañana. El cuerpo de Jeremy Richman, de 49 años, fue hallado alrededor de las 7 de la mañana en Newtown (Connecticut). Ryan Petty, el padre de una joven víctima de Parkland, dijo a la AFP que Richman había visitado a los afectados por el tiroteo en su ciudad una semana antes. "Estuvo aquí en Parkland la semana pasada, vino a reunirse con algunas de las familias, a ayudar", afirmó Petty, quien también perdió una hija en el tiroteo. "Es devastador saber que [Richman] estaba sufriendo", añadió.
En medio de la seguidilla de tragedias, Jared Moskowitz, director de manejo de emergencias de Florida, hizo un llamado a las autoridades para que aprueben más recursos destinados a solventar las crisis psicológicas. "La salud mental es un asunto bipartidista”, reclamó en Twitter.
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