“Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.”(Efesios 5:15-17 NTV)
Si quieres hacer un impacto con tu vida, tienes que hacer una cosa: Toma control de tu tiempo. Tu tiempo es tu vida. Si no aprendes a manejar tu tiempo, limitarás el legado de tu vida.
Efesios 5:15-17 “Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan” (NTV).
Todos tenemos la misma cantidad de tiempo cada semana: 168 horas. ¡Lo que haces con él es lo que cuenta! Solo se te ha asignado un cierto número de días en este mundo, y si los desperdicias, ¡Lo has echado a perder! Si desperdicias tu tiempo, estás desperdiciando tu vida. Tu tiempo es tu vida. Tienes que detenerte y preguntar: “¿Es este el mejor uso de mi tiempo’ ¿Es este el mejor uso de mi vida?”
No tienes tiempo para todo. La buena noticia es que Dios no espera que hagas todo. ¡Así que no te sientas culpable al respecto! Hay unas pocas cosas que valen la pena de hacerse en primer lugar.
Las personas efectivas averiguan lo que es esencial en la vida y lo que es trivial, y ellos ocupan más tiempo haciendo las cosas esenciales y menos tiempo haciendo las cosas triviales. No puedes eliminar todo lo trivial en tu vida, pero puedes reducirlo.
Esto suena fácil, pero francamente es a menudo difícil elegir entre lo que es mejor para tu vida y lo que es más fácil para tu vida –especialmente cuando estás cansado. Cuando estás cansado no quieres hacer lo mejor. Quieres hacer lo más fácil. Ese es el por qué si estás realmente a hacer algo de tu vida, tienes que aprender a descansar un poco. Si no estás descansado, no tendrás la fuerza mental, emocional y física para decir: “Voy a hacer lo correcto en lugar de lo fácil”.
No desperdicies tu vida. No te conformes con el segundo lugar. No vayas por la vida solo existiendo. No fuiste creado solo para quedarte en la orilla. Dios te hizo para una misión y un propósito. Eso comienza al preguntarse: “¿Lo que estoy haciendo es el mejor uso de mi vida?”
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué cosas ocupan más tu tiempo?
- ¿Cuánto te están ayudando esas cosas a llenar tu misión en la vida?
- ¿Qué puedes cambiar en tu agenda y tus prioridades para que puedas descansar más?
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