El artÍculo 5 de los principios fundamentales de la Constitución, de aquellos principios que en teoría,  lamentablemente solo son teoría, son intocables y por lo tanto no pueden ser cambiados, y reza textualmente  que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo que la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución”. En otras palabras, lo que decide el pueblo (supuestamente soberano) es sacrosanto porque de esa soberanía emanan todos los poderes del Estado. Hay más, en varias oportunidades el mismo ex-presidente Chávez ha solemnemente declarado que “aquí el que manda es el pueblo”!
Pues bien, el pasado 2 de diciembre del 2007  – y esas cosas es bueno no olvidarlas!- el gobierno chavista promovió un referendo para someter a la consideración del pueblo “soberano” una serie de reformás  constitucionales entre las cuales estaba tambien la del artículo 230 de la Constitución para que se permitiera la reelección indefinida del Presidente de la República. El pueblo, en virtud de esa soberanía que le concede la misma Carta Magna, dijo que “NO” a esa propuesta de reforma de una manera clara y contundente, mucho más clara y mucho más contundente de los mismos resultados oficiales comunicados por la rectora de CNE, Tibisay Lucena, en la madrugada del 3 de diciembre del 2007.Inmagínense que la Sala Constitucional del TSJ sentenció que el CNE no tenía la obligatoriedad de oficializar los resultados de aquel referendo.
No hay que ser particularmente dotados en política para imaginar que esa decisión, ciertamente anómala del  TSJ ha sido hecha para no desmentir las declaraciones  de la rectora y del mismo presidente de la República quien había calificado la victoria del “NO” como una victoria pírrica, adornando esa afirmación con epítetos…escatológicos irrepetibles, tipicamente cuarteleros…inoportunos para un presidente de la República.  Y esas cosas hay que recordarlas porque el venezolano es…olvidadizo!
Ahora bien, haciendo caso omiso de ese “NO” tajante, el presidente Chávez, violando abierta y descaradamente el artículo 345 de la Constitución según el cual…”la iniciativa de reforma constitucional no podrá presentarse de nuevo en el mismo período constitucional a la Asamblea Nacional”,  volvió a promover un nuevo referendo para el 15 de febrero sometiendo otra vez a la consideración del “soberano” (aquí se impone escribirlo entre comillas) una de las preguntas ya formuladas anteriormente, o sea la posibilidad de modificar el artículo 230 permitiendo la reelección idefinida del presidente de la República.
Lo grave de esa decisión, a mi manera de ver, no ha sido tanto el haber violado el artículo   345 de la Constitución que no permite presentar de nuevo y en un mismo período la misma iniciativa de reforma ya revisada, de por si gravísimo.
El hecho de que, en vez de reforma se le llame “enmienda, modificación o corrección” etc.  son detalles etimológicos que no afectan el sentido concreto del artículo! Lo que me ha parecido de una gravedad inmensa, en cambio, ha sido el hecho de que se haya menospreciado la voluntad del pueblo que, al respecto, se había pronunciado de una forma clara y contundente.  Y eso hay que recordarlo!  Yo espero solamente que llegará el día,   para mi ya ha llegado, en el cual finalmente los venezolanos de buena voluntad, que seguramente son la aplastante mayoría, deberán recitar un profundo “mea culpa” por haber entregado con tanta facilidad y con tanta falta de responsabilidad las riendas del país a gente incapaz y sin sentido de pertenencia a nuestra querida Venezuela como los que están mandando desde hace  veinte años! El pueblo es soberano solo y cuando su voluntad coincide con la voluntad de los que están mandando y, por lo tanto es …una soberanía de pacotilla!
Desde Italia  –  Paolo Montanari Tigri