El mercado cambiario operó el martes sin sobresaltos en Argentina en el segundo día de la aplicación de restricciones parciales a la compra de dólares que apuntan a preservar la estabilidad durante el tormentoso proceso previo a las elecciones de octubre.
Mientras la moneda nacional permaneció estable, el índice Merval que reúne a las acciones líderes que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se derrumbaba 11,76% a las 1900 GMT en medio de un reacomodamiento de carteras tras las recientes restricciones cambiarias. Las mayores pérdidas eran lideradas por empresas energéticas y bancos, que cedían más de 15%.
Operadores señalaron que esta caída está en sintonía con las de otros mercados, aunque en Argentina el golpe se siente con más crudeza por la crisis de confianza que afecta al país.
En el mercado de cambios -que puso a prueba las nuevas medidas del gobierno luego del feriado del lunes en Estados Unidos- el dólar cerró a 57 pesos, al igual que la víspera, según el Banco de la Nación Argentina. En ello influyeron las ventas directas de divisas realizadas por el Banco Central en el mercado.
Por otro lado, el llamado “dólar blue” --que se vende en el mercado informal-- agrandó su brecha con el oficial y cotizó a 62,50 pesos debido al clima de nerviosismo que generaron los controles cambiarios entre los ahorristas, que acudieron en mayor número a este circuito informal que opera mediante vendedores en la calle.
Las restricciones a la adquisición de la divisa, donde los argentinos se refugian en momentos de crisis, comenzaron a aplicarse la víspera en determinadas circunstancias en un intento del conservador presidente Mauricio Macri de frenar la pérdida de reservas y la aceleración de la devaluación, que en este país conlleva automáticamente una aceleración de los precios.
La medida fue tomada en medio de una crisis cambiaria y económica que se aceleró luego de la contundente derrota de Macri ante el opositor kirchnerista Alberto Fernández en las primarias de agosto de cara a las presidenciales del 27 de octubre, en las que el mandatario busca su reelección. Desde entonces el peso se depreció cerca de 30%.
El resultado en las primarias abiertas y obligatorias agitó los fantasmas entre los inversores acerca de que un triunfo en los comicios generales de Fernández -quien va acompañado en la fórmula por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015)- conlleve la reimplantación de políticas populistas consistentes en una mayor intervención en la economía.
La batería de medidas aplicada por el gobierno en los últimos días apunta a evitar nuevos cimbronazos cambiarios que hagan perder aún más valor al peso y al mismo tiempo traer algo de alivio al golpeado bolsillo de los argentinos, que han perdido gran parte de su poder adquisitivo debido a una inflación que según economistas superará el 50% este año.
La limitación a la compra de divisas, contraria al ideario predicado por el conservador mandatario, no es tan restrictiva como la impuesta por su antecesora, Fernández de Kirchner, durante su segundo mandato. Para algunos analistas, Macri tomó la decisión de forma tardía y un tanto a la desesperada.
Según lo dispuesto, hasta fin de año los ciudadanos podrán comprar hasta 10.000 dólares por mes y si quieren adquirir un monto mayor tendrán que pedir autorización el Banco Central. En tanto, empresas y bancos, entre otras instituciones, deberán pedir autorización a la entidad emisora para cualquier compra de divisas.
El gobierno prohibió a las empresas comprar dólares con fines de atesoramiento y acortó los plazos para que los exportadores liquiden en el mercado las divisas que obtienen por sus operaciones.
Además, el Banco Central prohibió recientemente a las entidades financieras distribuir dividendos sin su previa autorización y el gobierno anunció la postergación de los pagos de los vencimientos de los títulos públicos a corto plazo y propuso una reestructuración voluntaria con los bonistas, sin quita de capitales ni intereses, con el fin de revertir la disminución de las reservas.
También anunció que busca renegociar el pago del préstamo de más de 56.000 millones de dólares contraído con el Fondo Monetario Internacional en 2018.
Para mejorar el poder adquisitivo de los argentinos, el Ejecutivo convalidó la víspera la resolución del Consejo Nacional del Empleo que había dispuesto un aumento del salario mínimo de un 35%, con lo que pasará de 12.500 pesos (unos 219 dólares) a 16.875 pesos (unos 296 dólares).
Días atrás también dispuso la eliminación de las retenciones a los sueldos de los trabajadores y congeló el precio de la gasolina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario