El presidente de Chile, Sebastián Piñera, informó este jueves 24-O de un plan para terminar con los toques de queda que se han aplicado por cinco días consecutivos en varias regiones del país desde que estalló una crisis social la semana pasada.
"Estamos trabajando en un plan de normalización de la vida de nuestro país (...) para poder terminar el toque de queda y ojalá poder también levantar los estados de emergencia", dijo el mandatario en un mensaje a la prensa.
Este plan se empezó a aplicar desde el miércoles en Santiago, donde el toque de queda se redujo a seis horas, de las 22H00 a las 04H00 locales, a diferencia de la noche anterior cuando fue de 10 horas.
Piñera decretó estado de emergencia el sábado 19-O, tras una violenta jornada de protestas el viernes por el aumento del precio del metro pero que luego se extendieron a otras demandas sociales, con saqueos a supermercados y negocios y la quema del múltiples estaciones del metro, que los primeros días quedó inmovilizado.
La crisis social ha dejado 18 muertos, cinco de ellos por la acción de las fuerzas de seguridad y el resto en medio de los saqueos y disturbios.
Piñera anunció también que este jueves envió al Congreso un proyecto de ley para estabilizar el precio de la energía que permitirá anular una reciente alza a los precios de la luz del 9,2%, parte del paquete inicial de medidas con la que intenta hacer frente al estallido social.
No cesan las protestas
Este jueves 24-O Chile enfrenta este una nueva jornada de manifestaciones, en un país donde muchos quieren retornar a la normalidad mientras otros optan por seguir en las calles en busca de un profundo cambio al sistema económico.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y una veintena de organizaciones sociales llamaron a una segunda jornada de paralización este jueves, pero de mañana muchos acudían a su trabajos en el centro de Santiago y el comercio abría tímidamente sus puertas.
"Lo que ha hecho hasta ahora el presidente Piñera es polarizar y tensionar el país. Tenemos hoy en las calles a jóvenes con un fusil en las manos contra sus propios compatriotas", dijo a periodistas Bárbara Figueroa, presidente de la CUT, el sindicato más poderoso de Chile.
Durante la noche del miércoles 23-O, en el quinto día de toque de queda, los disturbios se calmaron en el centro de Santiago aunque en la periferia la situación seguía tensa, con saqueos e incendios que no se detienen en un país en estado de emergencia y con miles de militares en las calles.
Las manifestaciones, que estallaron el viernes pasado tras el aumento en casi 4 centavos de dólar en la tarifa del metro, dejan hasta ahora 18 muertos, cinco de ellos por acción de agentes del estado, en medio de crecientes denuncias de abuso policial y militar.
Un último reporte del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) contabiliza, además, 535 personas heridas -239 de ellas por armas de fuego- y 2.410 detenidos.
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