“Señor, toda mi vida he esperado en ti, y he confiado en tus promesas”. Salmos 130:5 (RVC)
Dios quiere que esperes pacientemente por Su respuesta a tu oración, pero también quiere que lo hagas con expectativa. Que tengas fe. Que confíes que Dios escucha y responde. Cuando esperas con expectativa, le muestras a Dios que crees en sus promesas. Que crees que Él va a cumplir su palabra.
A Daniel Boone, el famoso pionero, se le preguntó una vez, “¿te has perdido alguna vez en el bosque?”, él dijo, “No, nunca me he perdido, he estado confuso por semanas, pero nunca me he perdido”.
Algunos de ustedes se podrán sentir confusos justo ahora. Estás desconcertado acerca de tu matrimonio: “estoy orando para que mejore, pero no está mejorando en nada”. Estás desconcertado con tu carrera: “¿tomaré un ascenso, despido, cambiaré de trabajo?” Estás desconcertado acerca de tus relaciones. Te podrás sentir impotente y sin esperanza y como que no puedes hacer nada por ti mismo para cambiar tu situación, te sientes desconcertado.
¡No te desanimes! ¡No te rindas! ¡Mejora! Ponte a orar. Tengo muchas, muchas peticiones en mi vida por la que he orado y que Dios no ha respondido. Puedo pensar en una oración que hago casi a diario durante 24 años, y no ha sido respondida. No sé por qué Dios no ha elegido responder esa oración, y no lo entiendo. Pero he decidido esto: ya sea que Dios responda o no esa oración, voy a morir creyendo en sus promesas, porque Dios es un buen Dios, y sabe lo que es mejor, aun cuando yo no lo entienda.
Cuando Dios no responde nuestras oraciones, necesitas recordar un par de verdades muy importantes. Primero, Dios está en control, y tú no. Él sabe lo que tú necesitas, más de lo que te imaginas. No hay montaña tan alta que Él no pueda mover. No hay problema tan grande que no pueda resolver. No hay tristeza tan profunda que no pueda aliviar. Dios está en control y Él tiene un plan.
Lo segundo que necesitas recordar es que, sea que recibas respuesta o no, Dios honrará tu paciencia. Si no es en este mundo, entonces en la eternidad.
“Señor, toda mi vida he esperado en ti, y he confiado en tus promesas” Salmos 130:5 (RVC).
Reflexiona sobre esto:
- ¿A cuáles promesas de Dios puedes aferrarte mientras confías que va a responder tus oraciones?
- ¿Cómo ha demostrado Dios Su fidelidad hacia ti en el pasado?
- ¿Qué esperas que Dios haga en tu vida? ¿Tus expectativas reflejan Su grandeza?
No hay comentarios:
Publicar un comentario