Parques kilométricos, hoteles bio y una variedad insultante de restaurantes vegetarianos hacen de la capital alemana uno de los destinos ecológicos y sostenibles más punteros de Europa.
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Berlín es una ciudad sorprendente. Por alguna razón siempre sobran los motivos para revisitarla. Si el pasado año la excusa fue rememorar el 30 aniversario de la caída del muro o descubrir su arquitectura Bauhaus en el entramado urbano, el 2020 será el año para celebrar la reunificación, acercarnos hasta la Biblioteca Nacional para admirar uno de los legados biográficos más valiosos de Ludwig van Beethoven cuando se cumplen 250 años de su nacimiento o presenciar, en el mes de septiembre, la apertura del Humboldt Forum. Un reclamo más para perderse por la maravillosa Isla de los Museos.
El carácter berlinés es alternativo, transformador y con una admirable capacidad de reinvención. Pero no de cualquier manera, si no de un modo consciente y sostenible, por algo son los orgullosos habitantes de una de las ciudades más verdes y sostenibles del mundo. Lo ecológico arrasa entre sus habitantes y contagia a sus visitantes en un afán de viralizar una forma de entender vida, que más allá de una moda, ha llegado para quedarse.
Es por eso que proponemos disfrutar y recorrer la ecléctica capital alemana de la manera más verde posible. No solo qué visitar si no también cómo hacerlo y dónde comer o dormir.
UN AEROPUERTO CONVERTIDO EN PARQUE
Berlín tiene numerosos parque públicos. Más de 300 km2, un tercio de su superficie, está ocupada por zonas verdes de las cuales las mitad son bosques. Quizás el más conocido, al menos entre los turistas, sea el Tiergarten, muy cercano a la emblemática Puerta de Brandemburgo y con una extensión de 210 hectáreas, superior al célebre Hyde Park de Londres.
El distrito de Marzahn-Hellersdork presume de tener el más largo de la ciudad, el Gärten der Welt (Jardines del mundo). Veinte kilómetros de longitud y 40 hectáreas que aglutinan una sinfonía de jardines coreanos, japoneses, balineses, australianos, renacentistas... la vuelta al mundo entre plantas y flores.
Ocupando los terrenos del antiguo aeropuerto de Tempelhof se encuentra uno de los lugares favoritos de los berlineses, Tempelhofer Feld. Pasear, volar cometas, patinar, jugar al golf y también disfrutar de un picnic o una barbacoa bajo los cielos donde aterrizaron los Beatles o el presidente Kennedy. Un icónico lugar recuperado para el disfrute de todos.
El Jardín Botánico (Botanischer Garten) es el único museo botánico de toda Europa. Fue construido entre 1897 y 1910 y atesora cerca de 20.000 especies de plantas. Un verdadero oasis de paz y tranquilidad en el que además podremos admirar 15 invernaderos entre los que destaca el gran invernadero tropical de 25 metros de altura.
La lista de parques y jardines es casi interminable ya que cuentan con más de 2.500. Los hay con castillos y vistas a los ríos Havel y Spree, con templo budista hasta con tumbas como el Leise-Park. Son tantos que necesitarán más de una escapada si quieren pasearlos todos.
DEL HUERTO A LA MESA
Seguramente a estas alturas ya se les habrá abierto el apetito. Los berlineses son entusiastas de los huertos urbanos y de los mercados abastecidos por productores locales, en definitiva economía circular y km 0. Toda esta filosofía se traslada también a los restaurantes y cafeterías de la ciudad. Desde cómo y dónde se produce hasta la manera en que llega a las cocinas y posteriormente a sus platos.
Un claro ejemplo es el restaurante Frea, en el céntrico distrito de Berlín-Mitte. En sus fogones solamente se elaboran platos con ingredientes orgánicos regionales. Otra de sus características es que aquí nada se tira. Con las sobras producen su propio compostaje que retornan a los agricultores, generándose así un circuito con cero desperdicio.
Ataya Caffe es un establecimiento 100% vegano que dirigen con pasión los cocineros Elisabetta Arisci y el senegalés Bachir. El resultado es una deliciosa comida fusión italo-africana a base de productos orgánicos y de temporada.
Recomendado por la Guía Michelín, el Lucky Leek es otro de nuestros favoritos. La reconocida chef Josita Artanto está detrás de las recetas de un acogedor espacio en el que se puede degustar su carta o el menú del chef.
Las opciones son variadas y además para todos los bolsillos. El Yoyo es un fastfood 100% vegano y con precios realmente económicos. Comida rápida y saludable en el que el término hamburguesa, perrito caliente o pizza no va asociado al colesterol alto.
UN GUIÑO AL CINE ESPAÑOL EN EL HOTEL MÁS BIO
La experiencia no sería completa sin un medio de transporte respetuoso con el medio ambiente y un hotel que integre a la perfección todos estos conceptos, tan manidos como necesarios, de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente.
El Hotel Almodovar situado en el popular distrito de Friedrichshain, a escasos cinco minutos de la concurrida estación de Ostkreuz, es un exclusivo y moderno hotel bio certificado. Acogedoras habitaciones decoradas con materiales naturales, ropa de cama y toallas ecológicas, cosméticos naturales o energía de fuentes renovables son algunas de sus credenciales.
Por si fuera poco, su restaurante-cafetería, el Bistro Bardot ofrece platos exclusivamente vegetarianos y veganos elaborados, como ya imaginarán, con productos ecológicos.
Para recorrer todos estos espacios, la Berlin Welcome Card es una estupenda opción pero si lo que buscamos es producir cero emisiones, qué mejor que usar la bicicleta y sentirnos como un auténtico berlinés.
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