James Hunt, inmortalizado para muchos en la película Rush por su duelo con Niki Lauda, fue un auténtico playboy en los años 70 además de un piloto excepcional. Es el referente por ejemplo ahora de Kimi Raikkonen, un colega moderno de aquél piloto capaz de acostarse con 5.000 mujeres, porque "el mejor entrenamiento es el sexo", decía entre los novatos pilotos. Su frase de cabecera era: "el sexo es desayuno de los campeones".
"Si yo fuera un atleta profesional serio, tendría que irme a dormir a las diez. Pero como soy un piloto, puedo estar con una chica acaso una hora más y eso puede marcar la diferencia", contaba. Su hijo Freddie dice que no fueron tantas aventuras, "pero cientos un par de miles quizás sí, era guapo y amaba la vida, aunque no creo que llevara la cuenta".
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Desde luego, Hunt rendía bajo techo y al aire libre porque muchas noches nunca terminaban pronto y en pista respondía con victorias."Vivo deprisa porque sé que en la pista puedo morir en un segundo...", dijo una vez. No perdonó ni la noche previa ganar el título Mundial en el mítico Gran Premio de Japón '76. En realidad, desde la semana anterior cuando lo enviaron con tiempo para aclimatarse al horario, y aprovechó, al coincidir en el hotel con la tripulación de British Airways, para tener relaciones con 33 azafatas de vuelo. La misma mañana de la carrera fue sorprendido en el box a pleno rendimiento por Patrick Head con otra azafata japonesa. Y luego fue campeón.
Su imagen cuando llegó a la F1 de la mano del millonario y bon vivant Lord Hescketh, era la opuesta: más alcohol, drogas, sexo y exageración que puesta a punto. Hasta que hizo podios y ganó alguna carrera y las risas y desprecios del paddock se fueron relajando.
Quizás una de las frases que mejor resume su faceta de piloto quedó inmortalizada en televisión tras una victoria en Inglaterra. "¿Qué significa? Nueve puntos, 20.000 dólares y mucha felicidad... por cierto no tendrás por ahí un cigarrito ¿verdad?"
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"Tengo una teoría sobre el gusto de las mujeres por los pilotos, es por nuestra cercanía con la muerte, mientras más cerca estás de la muerte, más vivo te sientes. Es una maravillosa manera de vivir y la única forma de conducir", afirmó.
Eso sí, los compromisos sentimentales duraban poco. Su primera mujer, Suzy Miller, modelo y una de las mujeres más bellas del momento, se dio cuenta pronto de cómo era y termin{o pidiéndole el divorcio para irse a vivir con el actor Richard Burton, recién divorciado por segunda vez de la mitica Liz Taylor. Burton le ofreció un millón de dólares a Hunt para no llevar el caso a los tribunales y éste aceptó encantado y con una fiesta posterior de 48 horas.
Tras retirarse, reconociendo que sufría auténtico pánico al subirse a los coches tras ver morir a tantos compañeros, volvió a dar que hablar como comentarista de la BBC, donde no tenía problemas en soltarse la lengua mientra se tomaba dos botellas de vino en la transmisión. "Ahora, con este sistema nuevo de pases y acreditaciones, para encontrar una chica decente hay que salir del circuito", dijo una vez en el estudio, donde solía llegar con resaca y descalzo.
Socio honorario al Playboy Club, Hunt murió de un infarto a los 45 años al día siguiente de proponerle matrimonio a la que iba a ser su tercera esposa, Helen Dyson. Su anterior pareja, Sarah Lomax, que le dio sus dos hijos y era "una maníaca sexual salvaje y adicta a las drogas", aseguraba ella sobre como la veía él. Para asegurarse de que todos se divirtieran en su funeral, invirtió 5.000 euros en que todos su amigos vivieran una gran fiesta de despedida.
Fuente: Diario Marca
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