Las partículas de polvo que vienen atravesando el mundo desde el desierto del Sahara llegaron esta semana al sureste de México y a varios países del Caribe. En Bogotá se reportó, este jueves, un aumento en la concentración de PM10 y de acuerdo con los expertos, la nube tiene las concentraciones más altas de partículas de polvo observadas en la región en el último medio siglo.
Aunque este fenómeno ya se esperaba e incluso puede beneficiar a ecosistemas como el del Amazonas, sin duda, representa un elemento más para tener en cuenta a la hora de cuidarse la salud. Las partículas provenientes de Medio Oriente tienen un tamaño de entre 2.5 y 10 micras, es decir son partículas respirables y pueden entrar por la nariz y la boca hasta llegar a la tráquea o a los bronquios.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, explicó que el peligro de este fenómeno podría ser el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas que recoge el viento al pasar por zonas desérticas o deforestadas. “Estas tormentas cuando logran concentrarse y alcanzar áreas pobladas de Europa y América, pueden provocar la aparición de alergias y crisis asmáticas en muchas personas”, explicó la OMS.
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