Ivanka Trump entra en la guerra de los frijoles
El respaldo de la hija del presidente de EEUU a la empresa Goya no se debe a una campaña de publicidad, se trata de un acto político. La izquierda ha comenzado a boicotear sus productos
A falta de un mes y tres semanas para las elecciones presidenciales y al Congreso, el debate político en Estados Unidos se ha centrado en una lata de frijoles negros. Es la lata que tiene en su mano derecha la asesora (e hija) del presidente Ivanka Trump en una foto que parece un anuncio en un post colgado en la red social Twitter el martes por la noche. El texto, en español y en inglés: "Si es Goya tiene que ser bueno". Esa frase es el eslogan de la empresa de alimentación Goya, especializada en productos para el público hispano. El 'tuit' de Ivanka fue prestamente retuiteado por su padre, Donald Trump.
El respaldo de Ivanka a Goya no se debe a una campaña de publicidad de la empresa. Es un acto político. Todo empezó el viernes en la Casa Blanca, en un evento en el que el presidente y consejero delegado de Goya Foods (Alimentos Goya), Bob Unanue, declaró que "es una bendición tener un líder como Donald Trump".
Las declaraciones de Unanue llegaron en el contexto de la política de apertura de Trump a los latinos con vistas a las elecciones de noviembre. De hecho, y pese a su retórica antiinmigrante, el presidente de Estados Unidos no tiene menos popularidad en esa comunidad que otros republicanos. En las elecciones de 2016, Trump consiguió el 28% del voto latino, un punto más de lo logrado por Mitt Romney en 2012, y uno menos de lo conseguido por su partido en las elecciones legislativas de 2018, de acuerdo con un sondeo de la empresa de análisis de la opinión pública Marist Institute for Public Opinion, que cifra su popularidad en los comicios de noviembre entre los hispanos en el 27%.
Pero el extremo respaldo de Unanue a Trump -que tampoco debería sorprender, dado que el empresario es republicano y en el pasado ha flirteado con la idea de presentarse al Senado- ha desatado una campaña de boicot de productos de Goya por parte de parte de la izquierda.
Aunque ni el Partido Demócrata ni los altos cargos de esa formación han respaldado esa medida, los hashtag #BoycottGoya y #goyaway se han extendido por las redes sociales, lo que ha provocado la reacción de la derecha con #buygoya, acompañado de carritos de supermercado llenos a rebosar de latas de la marca. Es ahí donde Ivanka ha entrado con su surrealista foto, combinada con un 'tuit' esta mañana de su padre en el que éste declara que "A @GoyaFoods le va DE MARAVILLA. La maquinaria de calumnias de la izquierda ha provocado la reacción contraria, la gente está comprando como loca".
Es imposible saber si Goya está vendiendo más o menos, porque la empresa está controlada por la familia Unanue, descendientes de Prudencio Unanue Ortiz, un burgalés del pueblo de Valle de Mena que en 1918 emigró a Puerto Rico y en 1936 fundó una compañía dedicada a la importación de alimentos de España, como aceitunas o sardinas, con un nombre que fuera fácil de pronunciar en inglés y que, al mismo tiempo, tuviera una resonancia claramente española: Goya.
Tres generaciones más tarde, Goya ha expandido su gama de productos a 2.000 artículos de España y América Latina, y es sinónimo de comida hispana. La familia Unanue tiene un patrimonio estimado en más de 1.000 millones de dólares (890 millones de euros) y, aunque su afiliación republicana es bien conocida, ha colaborado, por ejemplo, con la Casa Blanca de Barack Obama en su política para mejorar la calidad de la alimentación de los estadounidenses. El año pasado, el gigante del private equity (capital privado) Carlyle negoció la compra de la compañía, con el objetivo último de sacarla a Bolsa, pero los contactos no fueron a ningún lado, según la prensa estadounidense debido a las tensiones dentro del clan familiar de los Unanue.
EXPLOSIÓN EN TWITTER
La foto de Ivanka no es solo controvertida políticamente. También puede ser considerada ilegal, dado que los cargos públicos estadounidenses tienen prohibido apoyar a marcas comerciales. A un nivel más humorístico, la imagen ha explotado en Twitter, donde ha dado pie a una cantidad infinita de memes que daría para llenar la Enciclopedia Británica si ésta todavía se editara en papel. La inmensa mayoría de esas imágenes atacan a 'Ivanita' ('Ivanka' es el diminutivo del nombre checo 'Ivana', que es el que la hija de Trump tiene en su partida de nacimiento) con mayor o menor ferocidad. El Photoshop, además, es fácil debido a la propia pose de la asesora presidencial, propio de un anuncio de productos alimenticios para emitir después del Telediario de las tres de la tarde.
Así, los feroces internautas han puesto en las manos de Trump todo tipo de objetos, incluyendo el libro de la sobrina del presidente Mary Trump 'Too Much and Never Enough', en el que ésta lleva a cabo una formidable vendetta contra el jefe del Estado y del Gobierno, textos con declaraciones de su padre sobre los latinos o las mujeres, y una serie de juguetes sexuales.
Más allá del caso de Goya, toda la controversia destapa dos tendencias en la política y en la sociedad de EEUU. Una es la 'boicotmanía' que se ha apoderado del país, y de la que Trump es tan culpable como el que más. En 2018, el presidente, en un acto sin precedentes en un jefe de Estado y de Gobierno de EEUU, pidió el boicot de motocicletas Harley-Davidson por la decisión de esa empresa -muchos de cuyos clientes son votantes de Trump- de trasladar su producción fuera del país para evitar el impacto en sus suministros de los aranceles establecidos por el actual inquilino de la Casa Blanca.
Más surrealista es el caso de la cadena de supermercados Costco. En mayo fue objeto de un boicot por organizar en uno de sus centros un evento en el que el hijo mayor de Trump, Donald 'junior', firmaba ejemplares de su libro. Ahora, Costco es blanco de un boicot de los seguidores de Trump por haber hecho obligatorio el uso de mascarillas para protegerse del coronavirus. Hasta el fin de semana pasado, el presidente estadounidenses no apareció nunca en público con mascarilla. A este paso, haga lo que haga una empresa en EEUU, alguien la va a boicotear.
La segunda conclusión de esta controversia es que Trump, con el apoyo de Ivanka, ha decidido volver por sus fueros y atizar al máximo la división de la sociedad estadounidense en un esfuerzo de movilizar el voto de sus seguidores en las elecciones de noviembre. Aunque no haya mítines por el coronavirus, la campaña va a ser muy caliente.
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