La Biblia nos dice que Jesús estableció metas. De hecho, a menudo anunciaba públicamente cuál era su objetivo para la siguiente fase de su ministerio.
Entonces, ¿por qué deberías establecer metas? Vamos a hablar de tres razones hoy y tres más, mañana.
Necesitas establecer metas porque es una responsabilidad espiritual.
Si no tienes metas para tu vida, ya has decidido dejar que otras personas manejen tu vida. Cuando no decides de antemano lo que es importante, dejas que otras personas decidan. Terminas desperdiciando tu vida, porque no has aclarado cómo quieres crecer como seguidor de Cristo.
La Biblia dice que, para ser espiritualmente maduro, debes establecer tu meta y avanzar hacia ella, mientras mantienes tus ojos enfocados en ella.
“Con esto no quiero decir que yo haya logrado ya hacer todo lo que les he dicho, ni tampoco que ya sea yo perfecto. Pero sí puedo decir que sigo adelante, luchando por alcanzar esa meta, pues para eso me salvó Jesucristo. Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo. Todos los que ya hemos progresado mucho en nuestra vida cristiana debemos pensar de esta manera. Y si algunos de ustedes piensan de manera diferente, hasta eso les hará ver Dios con claridad” Filipenses 3:12, 14-15 (TLA).
Necesitas establecer metas porque son declaraciones de fe.
Si eres un creyente en Jesucristo y te fijas una meta, estás diciendo: “Creo que Dios quiere que logre esto en este momento. Esto es lo que creo que Dios va a hacer en mi vida”.
Las metas no son solo una declaración de fe; ellas también amplían tu fe. Cuanto más grande sea tu objetivo, más se ampliará tu fe. Y eso agrada a Dios.
Efesios 3:20 dice: “Por el poder de Dios que obra en nosotros, él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar ” (PDT).
Necesitas establecer metas porque enfocan tu energía.
El enfoque es la clave para una vida efectiva. Si distribuyes tu energía y la difundes en un montón de cosas, no causarás ningún impacto. Pero si enfocas tu vida, serás poderoso y cambiarás el mundo.
No tienes tiempo para hacer todo. Aquí están las buenas noticias: ¡Dios no espera que hagas todo! La clave para ser efectivo en la vida como mujer o como hombre de Dios, es hacer lo que más importa y olvidar todo lo demás. Las metas te ayudan a mantener ese tipo de enfoque.
“Así que yo corro y lucho, pero no sin una meta definida; no lo hago como si estuviera golpeando el viento” 1 Corintios 9:26 (RVC).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo reflejan tus metas lo que crees sobre Dios?
- ¿Tu familia establece metas juntas? ¿Por qué sería importante hacer esto como familia?
- ¿En qué cosas gastas tu tiempo y tu energía, que realmente no importa?
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