“Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento”. Isaías 48:10 (NTV)
A nadie le gusta los momentos en los que el estrés aumenta, los plazos aumentan y las expectativas parecen inalcanzables.
Pero a veces Dios usa el calor en tu vida para quemar las cosas que te atan.
Solo necesitas confiar en Dios a través del dolor.
¿Qué te tiene atado? ¿Qué te está limitando a ser todo lo que Dios quiere que seas?
Dios puede usar las pruebas en tu vida para eliminar lo que te detiene.
Dios dice en Isaías 48:10, “Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento” (NTV).
Es muy poco probable que literalmente pases por un horno ardiente en tu vida, pero pasarás muchas veces por el horno del sufrimiento. Dios te refinará con ese fuego.
Es como la plata y el oro. Cuando se calientan, se deshacen de las impurezas. Entonces te quedas con el 100 por ciento de oro o el 100 por ciento de plata.
Si le preguntas a un orfebre o joyero cómo puede determinar cuándo la plata es pura, te dirá que se determina cuando puedes ver tu reflejo en el caldero.
Dios sabe que estás purificado cuando puede ver su propio reflejo en ti. Te ves más como Cristo.
El fuego es el que hace eso.
¿Estás listo para invitar a Jesús a tu corazón?¿Quieres recibir el regalo de gracia que Dios te da? Es una oración simple que le dirás a Dios que aceptas el regalo de Jesús.
Oración
“Querido Dios, admito que tengo temor, pero quiero llegar a conocerte. No lo entiendo todo, pero agradezco que me ames. Te agradezco que hayas estado conmigo incluso cuando no te reconocía. Te agradezco que siempre estés para mí. Gracias por enviar a tu hijo Jesús para salvarme y no para condenarme”.
“Admito que nunca me di cuenta que necesitaba un Salvador, pero hoy quiero recibir el regalo de tu Hijo. Confieso que he pecado, hice cosas que no querías que hiciera. Te agradezco por enviar a tu hijo Jesús para salvarme de todos mis pecados. Sé que Él murió por mí y que su sangre me limpiará de todos mis pecados. Te pido que me salves de mis remordimientos y errores. Necesito que quites de mí el estrés y me llenes con tu amor. Necesito estar en paz contigo y necesito que pongas tu paz en mi corazón”.
“Deseo saber para qué me has puesto en la tierra. Y quiero cumplir con el propósito para el cual me creaste. Quiero aprender a amarte, confiar en ti y tener una relación contigo. Oro esto en el nombre de Jesús, amén”.
Si hiciste esta oración, escríbeme a esperanza@PastorRick.com Me gustaría enviarte algunos materiales para comenzar tu viaje con Jesús.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo te ha hecho Dios más parecido a Jesús en tiempos difíciles?
- A veces es más fácil alejarse de Cristo en medio de nuestro sufrimiento, en lugar de permitir que nos haga más como Él. ¿Por qué?
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