Telefónica lo vuelve a hacer. Lanza su 5G en un momento crucial para afianzar su liderazgo tecnológico y contribuir a la transformación digital que España afronta
Telefónica tiene una misión: hacer un mundo más humano conectando la vida de las personas. Esta meta estaba ya en el ADN de la compañía, pero ha sido en los últimos meses, en los que el duro impacto del coronavirus lo ha alterado todo, cuando ha cobrado todo su sentido. Y ahora, en un momento de suma importancia en el que España encara una desafiante reconstrucción que marcará su futuro, Telefónica, amparada de nuevo en esa misión, refuerza su posición de liderazgo digital y su compromiso con la revolución tecnológica que el país necesita, con el lanzamiento de su 5G.
Con esta decisión ratifica además su vocación de servir a la sociedad ante los retos que aguardan. Ya ha sido así en las fases más duras de la pandemia, en las que salvaguardar las telecomunicaciones y la conectividad ha resultado crucial para recibir asistencia sanitaria, poder trabajar y estudiar en remoto, realizar gestiones financieras y administrativas, tener acceso a alternativas de ocio y entretenimiento o estar en contacto con nuestras familias y amigos. Permanecer en contacto en estas difíciles circunstancias ha mostrado la auténtica talla de esa misión, la envergadura de un objetivo que tiene como eje fundamental al ser humano, porque es su vida, es la vida misma, la que circula por las redes.
Ejecutar esta misión y ser capaces de mantener las telecomunicaciones y las conexiones para hacer más llevadera una situación tan extrema como la provocada por el Covid-19, con un confinamiento cuyas consecuencias sociales y económicas hubieran sido aún más graves sin el concurso clave y atenuante de la tecnología, no ha resultado casual. Ha sido fruto de una estrategia y de una planificación; ha sido el resultado de una determinación. Telefónica entendió hace años que había que dar un paso enérgico al frente, que la tecnología y las telecomunicaciones iban a dominar el mundo y fue al encuentro de ese desafío con una inversión superior a los 90.000 millones de euros desde 2012 para fortalecer sus redes.
LA FIBRA COMO PALANCA
Junto a la robustez que estas inversiones han conferido a las redes, el principal reflejo de esta decidida apuesta por la tecnología y la digitalización se observa en el amplio despliegue de la fibra óptica. España es el primer país de Europa y el tercero de la OCDE en cobertura de fibra y cuenta con más fibra en las zonas rurales que en la media de las zonas urbanas de Europa. A finales de 2019, la cobertura de la fibra hasta el hogar (FTTH) llegaba hasta 23,1 millones de unidades inmobiliarias –casas, oficinas y locales comerciales-, más del doble que cinco años antes. O lo que es lo mismo, llegaba al 85% de las unidades inmobiliarias, una presencia única en Europa.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica
Ahora, esta potente palanca, la de la fibra óptica, impulsará a la compañía hacia una nueva era. La de la hiperconectividad, la era del milisegundo, que Telefónica hará realidad en España con la llegada de su 5G, es decir, de la quinta generación de telecomunicaciones de telefonía móvil. Antes de fin de año, el 5G de la operadora llegará ya al 75% del territorio nacional.
“Nuestra red siempre ha sido un activo diferencial. Por ella transcurre la vida de las personas y ha demostrado una fortaleza inigualable cuando más se la ha necesitado. España ya lidera las infraestructuras digitales de Europa, con la red más extensa de fibra óptica, y no ha sido por casualidad, sino por decisión y por inversión. Ahora vamos a trasladar esa historia de éxito al 5G, con el despliegue más ambicioso de la Unión Europea”, expone el presidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete.
UNA AUTÉNTICA REVOLUCIÓN
Como destaca el propio Álvarez-Pallete, el 5G no sólo será una generación más dentro del desarrollo que están describiendo las tecnologías de telefonía móvil, desde aquella primera generación, hace 40 años, que permitió hacer llamadas desde dispositivos móviles. “El 5G es una revolución”, sostiene, y los atributos con los que viene así lo acreditan.
Una velocidad de 10 gigabits por segundo (GBps), superior en 100 veces a la lograda por el primer 4G y en 10 veces a la obtenida en su versión mejorada (4G LTE). El 5G, por tanto, será mucho más rápido… y mucho menos latente. Es decir, que a nuestros ojos su capacidad de respuesta será inapreciable. Si nuestros reflejos, en el mejor de los casos, son capaces de reaccionar en un cuarto o un quinto de segundo y el 4G ha llegado a capacidades de respuesta de 20 o 30 milisegundos, el 5G instaurará esa era del milisegundo. Porque esa fracción, esa milésima de segundo, será la unidad para medir el tiempo transcurrido entre la petición y la recepción de información.
Y no, un milisegundo no es cualquier cosa. Un milisegundo lo es todo cuando se trata de realizar una operación quirúrgica en remoto o de la conducción de los vehículos autónomos, o del funcionamiento de la maquinaria en una empresa o de la participación en los juegos por Internet o el consumo de eventos y contenidos de entretenimiento en directo. Con el 5G, el tiempo real será justo eso, real.
Más rápido, menos latente y también más seguro y fiable y con más potencia, características que propiciarán un salto histórico, el que precisamente permite tratar al 5G como una revolución. Su llegada supondrá el despegue de la telefonía móvil hacia el Internet de las Cosas (IoT). Cientos, miles de millones de dispositivos en todo el mundo pasarán a estar conectados gracias al 5G, cuya capacidad para establecer esas conexiones supera en 100 veces al 4G, con todas las aplicaciones y posibilidades que eso supone para los hogares, donde la domótica y la eficiencia energética entrarán en otra dimensión; para las empresas, con beneficios transversales en sectores tan protagonistas como el turismo, la automoción, la energía o la salud; y para las ciudades, inteligentes ya en su uso y su sostenibilidad de una vez por todas.
Con el 5G, la cobertura también se verá fortalecida, una consecuencia especialmente relevante en las zonas no urbanas. “El 5G permite ampliar la cobertura de ultra banda ancha en las zonas rurales y en la España vaciada”, subraya el presidente de Telefónica. Siguiendo con su filosofía de que la digitalización sea inclusiva y nadie quede fuera, la operadora lanza el 5G para todos, en todas las Comunidades Autónomas, sin excepciones ni distinciones, con el consiguiente efecto vertebrador y dinamizador.
UNA OPORTUNIDAD DE ORO
Por todo ello, y gracias a la apuesta de Telefónica en un momento tan concreto y relevante, España se encuentra ante su gran oportunidad para dar un salto hacia delante en la digitalización. “Llegan enormes beneficios para España. Esta es una oportunidad de oro para que lidere la cuarta revolución industrial y aproveche la mano tendida de Europa para el proceso de reconstrucción”, enfatiza Álvarez-Pallete.
Telefónica, como ya ha ocurrido de manera especial en los últimos meses, demuestra que en los momentos difíciles se mantiene firme y pasa a la acción. Lo hace, además, para ratificar lo que ya expuso en el Pacto Digital presentado por la compañía a finales de julio, cuando adquirió el compromiso de tener cubierto con fibra el 100% del territorio nacional y ser líder en 5G.
Es el momento de que España apueste por la digitalización, y podrá contar con Telefónica en este reto, ahora ya con su 5G. Porque, como ocurre con la fibra, y como tantas otras grandes cosas, el 5G es Telefónica. Bienvenidos a la era del milisegundo. Bienvenidos al 5G de Telefónica.
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