“Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo”. Romanos 14:12 (NTV)
Al final de tu vida aquí en la tierra, te presentarás ante Dios y Él va a evaluar lo bien que serviste a otros con tu vida. La Biblia dice: “Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo” Romanos 14:12 (NTV).
Piensa en las consecuencias de eso. Un día Dios comparará la cantidad de tiempo y energía que gastamos en nosotros mismos en comparación con lo que hemos invertido en el servicio a los demás.
En ese momento, todas nuestras excusas por egocentrismo sonarán huecas: “yo estaba demasiado ocupado” o “yo tenía mis propias metas” o “estaba preocupado con el trabajo, divertirme, o prepararme para la jubilación”. Para todas las excusas Dios responderá: “Lo siento, respuesta incorrecta. Te he creado, salvado, y te llamé y te mandé a vivir una vida de servicio. ¿Qué parte de esto tú no entiendes?”.
La Biblia advierte a los incrédulos, “Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán el gran castigo de Dios“ Romanos 2:8 (NVI), pero para los cristianos significará una pérdida de recompensas eternas.
Nosotros sólo estamos plenamente vivos cuando estamos ayudando a los demás. Jesús dijo: “Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio la salvará“ Marcos 8:35 (NVI); véase también Mateo 10:39, 16:25; Lucas 9:24, 17:33.
Esta verdad es tan importante que se repite cinco veces en los Evangelios. Si tú no estás sirviendo, tú apenas estás existiendo, porque la vida es para el ministerio. Dios quiere que aprendas a amar y servir a otros desinteresadamente.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cuál ha sido el efecto sobre ti mismo cuando sirves a los demás?
- ¿Por qué quiere Dios que aprendamos a amar y servir a los demás? ¿Qué dice eso acerca de Él?
- ¿A qué servicio Dios te ha llamado para el cual tú no creías que tenías suficiente tiempo ni energía?
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