A Coruña, 1958. En 2019, Inditex inyectó a sus sociedades 138 millones de euros en concepto de dividendos. Su 5% en la textil se ha revalorizado un 41,6% en un año y su participación en Pharma Mar (5%) vale un 224% más. Discreta al máximo, tiene en EEUU, Alemania y el Reino Unido el grueso de sus inversiones inmobiliarias. En 2019: 6º, 5.300 millones (+27,4%).
Aunque su riqueza proviene del grupo dueño de marcas como Zara, Stradivarius, Berskha o Massimo Dutti, su vínculo con el gigante de la moda es practicamente nulo. A pesar de su 5% en el capital de la compañía, nunca ha formado parte del consejo de administración. A diferencia de Marta Ortega, la tercera hija del empresario, Sandra, de 50 años, nunca ha mostrado especial interés por Inditex, donde, sin embargo, sí trabaja su marido, Pablo Gómez, que es directivo de la empresa. Sandra le conoció en sus años de juventud y con él tiene tres hijos.
Si Marta es la cara más visible de la familia Ortega, Sandra lleva una vida absolutamente al margen de los medios de comunicación, más discreta y sencilla. Le gusta pasar desapercibida, no se deja caer por los eventos públicos, por fiestas ni actos mediáticos. Ni siquiera acudió a la sonada boda de su hermana con Carlos Torretta el pasado verano. De hecho, la relación entre ambas no es muy estrecha y su contacto muy limitado.
Esta discreción contrasta con el hecho de que su nombre aparezca en todos los ránkings de los mayores millonarios del mundo. El año pasado, Inditex inyectó a sus sociedades 138 millones de euros en concepto de dividendos, 18 millones más que un año antes.
Rosp Corunna es la sociedad patrimonial que administra el dinero de Sandra Ortega, donde controla directamente el 89,23% del capital. En ella agrupa sus intereses y los de su hermano Marcos, que nació con una parálisis cerebral y del que ella es responsable. La administra José Leyte, que ya gestionaba los negocios de su madre y que ahora también asesora a Sandra Ortega. En 2018 esta empresa obtuvo un beneficio consolidado de 64,85 millones de euros, frente a los 191 millones del año anterior.
Al igual que Amancio Ortega, que ha centrado parte de sus inversiones en el ladrillo a través de Pontegadea, su hija también cuenta con importantes inversiones en el sector inmobiliario. Su filial Ferrado Inmuebles, creada en 2001, valora sus activos en 625 millones (año 2018), aunque también soporta créditos de 495 millones con entidades financieras como Citibank, J.P. Morgan o Abanca. Ferrado tiene participaciones e inmuebles en Luxemburgo, Alemania, Portugal y, sobre todo, en Estados Unidos. En España, alquila además locales comerciales en Madrid, Vigo y Zaragoza y un hotel en Barcelona.
De su cartera inmobiliaria, en la hotelera es quizá en la que más empeño ha puesto.. En ella destacan la cadena estadounidense The Hotel Crafters, con varios hoteles de lujo sobre todo en California. Otra de sus participaciones es Room Mate Hotels (30%), la cadena presidida y fundada por el empresario madrileño Kike Sarasola. La cadena suma ya 26 hoteles en siete países y, por primera vez, en 2019 superó los 100 millones de euros de facturación.
PHARMA MAR
A principios del siglo, su madre selló un vínculo con la biotecnológica gallega Zeltia, ahora conocida como Pharma Mar, centrada en la investigación oncológica. Tras numerosos altibajos en la Bolsa, en 2019 se revalorizó un 224%, situando el valor de su 5,01% en unos 45 millones. La escalada en los mercados se debió a los importantes avances en sus principales fármacos y su expansión en México y EEUU. A finales de enero, Genomica, una filial del laboratorio gallego, anunció que está trabajando en un kit de diagnóstico del coronavirus de la ciudad china de Wuhan.
Dicen que conduce un coche discreto, y que cultiva su propio huerto en Oleiros, la localidad coruñesa donde reside. Fue a un colegio público y estudió en la Universidad de Santiago. Existen muy pocas fotografías suyas. Las escasas que se le conocen corresponden al entierro de cuando falleció su madre en 2013.
Al margen de sus inversiones inmobiliarias, la fundación Paideia Galizia, fundada por Rosalía Mera, tiene un patrimonio neto de 3,5 millones de euros y se dedica a obras sociales. La fundación se financia con ingresos generados por su propia actividad, que se extiende desde los ámbitos de la discapacidad y el desempleo y el emprendimiento, pasando por la formación y el desarrollo territorial. Al frente de esta fundación Sandra Ortega ha seguido con el mismo perfil discreto, a diferencia de su madre, que sí aparecía mucho más en público.
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