lunes, 22 de marzo de 2021

HOY CELEBRAMOS A... HISTORIAS DE SANTOS San Epafrodito

 


Su nombre significa “amable”, fue discípulo y colaborador de san Pablo y llevó personalmente la Carta a los Filipenses


San Epafrodito vivía en Filipos, la primera ciudad europea donde predicó san Pablo. Cuando el Apóstol de las Gentes fue encarcelado en Roma, los de Filipos le enviaron algo. No sabemos de qué se trataba -dinero, alimentos…- pero dice san Pablo:

«Por el momento, tengo todo lo necesario y más todavía. Vivo en la abundancia desde que Epafrodito me entregó la ofrenda de ustedes, como perfume de aroma agradable, como sacrificio aceptable y grato a Dios» (Flp 4, 18).

Estando con Pablo, Epafrodito enferma gravemente y la comunidad se preocupa por él. Al recuperarse, san Pablo decide entonces enviarlo como emisario de la que será la Carta a los Filipenses. Dice en ella:

«He creído que era necesario enviarles de nuevo a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes enviaron para que me asistiera en mis necesidades. Él tenía un gran deseo de volver a verlos a todos, y estaba muy preocupado porque ustedes se habían enterado de su enfermedad. En efecto, estuvo enfermo y a punto de morir, pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera otro dolor, además de los que ya tengo. Ahora me apresuro a enviárselo, a fin de que su presencia los llene de gozo, y yo, por mi parte, quede menos triste. Recíbanlo en el Señor, con mucha alegría, y tengan en gran estima a personas como él. Porque él estuvo al borde de la muerte por la obra de Cristo, exponiendo su vida para suplirlos a ustedes en el servicio que no podían prestarme directamente» (F1p 2, 25-30).

Tiempo después, sabemos que san Pedro lo consagró obispo de Terracina.

Oración

Jesús, haznos discípulos tuyos amables, leales y serviciales como san Epafrodito. Que seamos diligentes en los encargos que nos encomienden para bien de la Iglesia. Que sepamos sufrir el dolor y la enfermedad por amor a Ti si Tú los permites.

Enciéndenos en deseos de evangelizar este mundo en el que vivimos y al que amamos.

Trae más obreros como san Epafrodito a tu mies, para que todos te conozcan, se salven por tu gracia y vayan al cielo.

Amén.

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