El sedentarismo, consumo de tabaco, embarazo y depresión son los factores con mayor riesgo que afectan a las mujeres
Un estudio publicado en el V Congreso Virtual de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), da cuenta de que las mujeres diabéticas tienen un 40 por ciento más de riesgo de cardiopatía isquémica (infarto agudo de miocardio o angina de pecho) frente a los hombres diabéticos. El sedentarismo, consumo de tabaco, embarazo y depresión son los factores con mayor riesgo que afectan a las mujeres.
La investigación que se llevó a cabo con 64 participantes del Ensayo Clínico de Remisión de la Diabetes (Direct) además evidencia que en ellas aumenta el riesgo cardiovascular total en siete veces frente a tres de un varón diabético, con mayor incidencia de infarto, ictus e insuficiencia cardiaca, y con mayor mortalidad en las mujeres.
En este contexto, Milagros Pedreira, cardióloga y una de las coordinadoras del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC señala que “hombres y mujeres comparten los llamados factores de riesgo clásicos, como la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, el tabaquismo o el sedentarismo, aunque unos son más prevalentes en un sexo que en otro y no afectan a ambos por igual”.
Pedreira indica además que estas diferencias relevantes del riesgo cardiovascular de la diabetes en contra de las mujeres se han atribuido a “diversas causas, entre ellas una diferente respuesta a algunos tratamientos. Además, se ha especulado con un peor tratamiento farmacológico en ellas”.
El sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular y es significativamente más frecuente en mujeres en cualquier década de edad. “Esto tiene las consiguientes implicaciones pronósticas por su incidencia frente al control de la diabetes, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia”, explica Pedreira.
El tabaco, aunque más frecuente en hombres, penaliza más a las mujeres. Así, estudios han encontrado un aumento del 25 por ciento del riesgo cardiovascular en mujeres. “El tabaco se asocia con la mitad del total de todos los eventos cardiovasculares en ellas y triplica el riesgo de infarto de miocardio”, detalla la especialista.
Junto a la presencia de los llamados factores de riesgo clásicos, también existen factores de riesgo propios o diferenciales del sexo femenino, entre ellos los relacionados con el embarazo. En este grupo están todos los relacionados con trastornos hipertensivos durante la gestación, como la hipertensión gestacional o la preeclampsia, la diabetes gestacional, el parto prematuro o el aborto espontáneo. Todos ellos se asocian a un incremento del riesgo cardiovascular en la mujer a lo largo de su vida.
Además, la depresión, un factor de riesgo cardiovascular en aumento junto con el estrés psicosocial o agudo, penaliza más a las mujeres porque están más expuestas a la adversidad que los hombres.
La investigación que se llevó a cabo con 64 participantes del Ensayo Clínico de Remisión de la Diabetes (Direct) además evidencia que en ellas aumenta el riesgo cardiovascular total en siete veces frente a tres de un varón diabético, con mayor incidencia de infarto, ictus e insuficiencia cardiaca, y con mayor mortalidad en las mujeres.
En este contexto, Milagros Pedreira, cardióloga y una de las coordinadoras del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC señala que “hombres y mujeres comparten los llamados factores de riesgo clásicos, como la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, el tabaquismo o el sedentarismo, aunque unos son más prevalentes en un sexo que en otro y no afectan a ambos por igual”.
Pedreira indica además que estas diferencias relevantes del riesgo cardiovascular de la diabetes en contra de las mujeres se han atribuido a “diversas causas, entre ellas una diferente respuesta a algunos tratamientos. Además, se ha especulado con un peor tratamiento farmacológico en ellas”.
Sedentarismo y tabaco, mayor riesgo cardiovascular en mujeres
El sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular y es significativamente más frecuente en mujeres en cualquier década de edad. “Esto tiene las consiguientes implicaciones pronósticas por su incidencia frente al control de la diabetes, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia”, explica Pedreira.
El tabaco, aunque más frecuente en hombres, penaliza más a las mujeres. Así, estudios han encontrado un aumento del 25 por ciento del riesgo cardiovascular en mujeres. “El tabaco se asocia con la mitad del total de todos los eventos cardiovasculares en ellas y triplica el riesgo de infarto de miocardio”, detalla la especialista.
Factores de riesgo cardiovascular propios
Junto a la presencia de los llamados factores de riesgo clásicos, también existen factores de riesgo propios o diferenciales del sexo femenino, entre ellos los relacionados con el embarazo. En este grupo están todos los relacionados con trastornos hipertensivos durante la gestación, como la hipertensión gestacional o la preeclampsia, la diabetes gestacional, el parto prematuro o el aborto espontáneo. Todos ellos se asocian a un incremento del riesgo cardiovascular en la mujer a lo largo de su vida.
Además, la depresión, un factor de riesgo cardiovascular en aumento junto con el estrés psicosocial o agudo, penaliza más a las mujeres porque están más expuestas a la adversidad que los hombres.
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