Jaime Septién - publicado el 07/04/21
La desesperación de los inmigrantes hondureños, haitianos y cubanos que prefieren lo que sea a regresar a sus países lastrados por los desastres naturales, la violencia y los malos gobiernos
Que México se convierta en refugio para personas que huyen de situaciones difíciles podría sonar como a tiempos posteriores a la Guerra Civil Española, cuando miles de exiliados encontraron asilo en este país. O, quizá, en la última parte del siglo XIX, con la migración italiana.
¿Pero, ahora? ¿Con 35.000 asesinatos por año, con más de 70.000 desaparecidos, con un ambiente de guerra entre los cárteles de la droga y con las matanzas como la reciente en Santa Anita, donde 16 guatemaltecos fueron calcinados?
Resulta sólo comprensible por la desesperación de quienes buscan llegar –y no pueden- a Estados Unidos.
Lo cierto es que durante el pasado mes de marzo los datos recabados por la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) arrojan un récord histórico en peticiones de asilo: 9.076 personas buscaron protección en el país azteca.
Ello, tras el descenso que se había producido por el cierre de fronteras motivado por la pandemia de la Covid-19.
De acuerdo con la Comar, del 1 de enero al 31 de marzo de este año, 22.606 ciudadanos extranjeros han pedido asilo en México.
Y si la tendencia se mantiene de ese modo, para cuando finalice el año se superará con facilidad los 70.416 extranjeros que pidieron asilo a México en 2019, año en el que se registró el número más alto de peticiones en la historia.
De vida o muerte
En otras palabras: si el número de personas detenidas en la frontera norte de México sigue aumentando, también seguirán aumentando las personas que, por “razones de vida o muerte” -como escribieron los obispos fronterizos de México y Estados Unidos en un comunicado reciente—piden asilo en México.
Por qué y desde dónde se emigra
Las causas de la migración siguen siendo las mismas: amenazas por parte de las pandillas en los países del Triángulo Norte de Centroamérica (formado por Guatemala, El Salvador y Honduras); corrupción e impunidad de los gobiernos y los criminales, pobreza, falta de empleo, desesperación absoluta en naciones como Nicaragua.
Este año, por lo demás, cobra protagonismo la silenciosa migración cubana y la haitiana, aunque también son venezolanos los que están comenzando a pedir asilo en México, incluso por encima de los otros países centroamericanos.
Y comienzan a sentirse los efectos de los refugiados víctimas del cambio climático.
Es, desde luego, Honduras el país que mayor número de solicitantes de asilo aporta a México. En 2021, son 11.574 las personas de este país que han solicitado asilo.
La referencia que dan es que prefieren, mil veces, quedarse en México que regresar a su país, lastrado por los desastres naturales, la violencia y los malos gobiernos.
Tras Honduras, en el primer trimestre de este año, los países de los que se registraron más solicitantes de asilo son: Cuba (2.490) y Haití (2.459).
Por detrás se encuentran El Salvador (1.793), Venezuela (1.317), Guatemala (1.169), Nicaragua (487), Chile (276), Colombia (197) y Brasil (162).
Dispuestos a todo
Según declaración del titular de la Comar, Andrés Ramírez, hay en México una “explosión de personas” y los migrantes están llegando en números mucho más grandes que en los últimos años.
La mayor parte de ellos pide asilo en los estados sureños de Chiapas o Tabasco, dos de los estados más pobres del país.
Y se tienen que quedar ahí hasta que les den el estatus de refugiado.
Con pocas y malas instalaciones, con nulo presupuesto, el Gobierno mexicano no tiene capacidad para darles una condición de vida digna a las familias que llegan en grupo desde que comenzaron las caravanas organizadas en Honduras.
Quizá el número de solicitudes de asilo en México rebase las 80.000 personas este año.
Seres humanos que tienen derecho a migrar, y que están dispuestos a todos con tal de no regresar a su hogar.
Tan dispuestos a todo que, incluso, ven en México una segunda opción si no son admitidos en Estados Unidos.
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