martes, 22 de junio de 2021

Santos Juan Fisher y Tomás Moro, mártires de Enrique VIII

 


Un obispo y un laico que murieron mártires por mantenerse fieles al Papa y desobedecer al rey Enrique VIII de Inglaterra, que quería anular su matrimonio con Catalina de Aragón

Juan Fisher nació en 1569 en el condado de York. Estudió Teología en Cambridge. Era obispo de Rochester.

Se le conocía por su erudición (a los 35 años ya era vicecanciller de su Universidad) y por su estilo de vida ejemplar.

Era austero y tenía gran preocupación por sus fieles, a quienes visitaba con frecuencia.

Fundó los Colleges de Cristo y de San Juan, amplió bibliotecas y fundó cátedras con ayuda de Lady Margaret, madre de Enrique VII.

Luchó contra el protestantismo.

Era miembro de la Cámara de los Lores cuando Enrique VIII pretendió anular su matrimonio con Catalina de Aragón, romper con el Papa de Roma y proclamarse cabeza de la Iglesia en Inglaterra.

Entonces Fisher protestó contra algunas medidas anticlericales y logró añadir una cláusula que hizo enfurecer al rey.

Por su postura, fue arrestado y encarcelado dos veces, sufrió atentados y calumnias.

Finalmente, al negarse a prestar el juramento de Supremacía de Enrique VIII, lo llevaron a la Torre de Londres, lo despojaron del título episcopal y declararon Rochester “sede vacante”.

El papa Pablo III, en cambio, trató de ayudarle desde Roma nombrándolo cardenal.

Juan Fisher fue decapitado el 22 de junio de 1535.

Tomás Moro, hombre de leyes y padre de familia

Tomás Moro nació en 1477. Era laico, abogado, padre de familia y lord canciller de Enrique VIII de Inglaterra.

Completó sus estudios en Oxford, se casó y tuvo un hijo y tres hijas. Se distinguía por su saber humanista, por ser un excelente padre de familia y por su buen humor.

Era católico de fuertes convicciones y amigo personal del rey. Entre sus obras destaca Utopía.

Cuando Enrique VIII decidió anular su matrimonio con su esposa Catalina de Aragón, Tomás Moro consideró incompatible su cargo con la fe, así que presentó su dimisión al monarca.

Esperaba que así podría llevar una vida tranquila apartado de las convulsiones políticas. Sin embargo, fue detenido y encarcelado en la Torre de Londres.

El rey quería que prestara el Juramento de Supremacía, pero él se negaba porque iba contra su conciencia.

Sus amigos no lograron que cambiara de opinión en los 15 meses que pasó en prisión. Ni tampoco su esposa.

Cuando esta le pidió que pensara en conservar la vida a toda costa, éste le dijo: «¿Cuántos años crees que podría vivir en casa?». «Por lo menos veinte, porque no eres viejo», dijo ella. Moro dijo entonces: «Muy mal negocio, porque quieres que cambie por veinte años toda la eternidad».

Tomás Moro fue decapitado pocos días después que el obispo Juan Fisher: el 6 de julio de 1535. Sus últimas palabras fueron:

«Muero siendo el buen servidor del rey, pero de Dios primero».

La fiesta de estos dos santos se celebra el 22 de junio.

Patronazgo

Santo Tomás Moro fue proclamado patrono de gobernantes y políticos por el papa san Juan Pablo II.  

Oración

Oh, Dios, que has hecho del martirio

la expresión de la fe verdadera,

concédenos, por tu bondad,

que, fortalecidos por la intercesión de los

santos Juan Fisher y Tomás Moro,

ratifiquemos con el testimonio de vida

la fe que profesamos de palabra.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Puedes leer otras vidas de santos aquí.

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