lunes, 30 de mayo de 2022

Aroma de café guatireño traspasa las fronteras

 

Rescataron dos hectáreas de terreno cultivado.

El emprendimiento de cultivo de café en Guatire, estado Miranda Ávila Blu ya enviaron muestras de su marca a Turquía y Japón

Lo que para Eduardo Aristeguieta y Luis Ángel Rincón comenzó como un emprendimiento de cultivo de café en Guatire, estado Miranda, se convirtió rápidamente en un atractivo para los mercados nacional e internacional debido a la calidad y los exóticos sabores de las variedades borbón y caturra que allí se dan y que se degustan en la marca Ávila Blu. 

Los productores ya enviaron muestras de su marca a Turquía y Japón, donde hay consumidores sofisticados y adeptos a esta infusión. Esta proyección la lograron al obtener su producto el primer lugar como el mejor café del país en el Encuentro Internacional de Cafés de Especialidad Venezolano 2022, celebrado del 5 al 7 de mayo en el Círculo Militar de Caracas, con la presencia de más de 300 personas dedicadas a la siembra de esta especie en diferentes zonas.

Auspiciado por el Ministerio del Poder Popular para Agricultura y Tierra y la Corporación Venezolana del Café, este evento cumplió con estándares internacionales para evaluar el logro de los productores. Como jueces actuaron 15 catadores certificados por la Specialty Coffee Association procedentes de Italia, Estados Unidos, Turquía, Emiratos Árabes, Singapur, Guatemala, México, Colombia y Venezuela.  

Los expertos escogieron a 25 participantes que pasaron a la semifinal y luego 15 que compitieron en la final. Las personas llevaron sus muestras de café verde listo para tostar, las cuales fueron procesadas bajo los mismos parámetros por una persona que usó una máquina para no modificar los sabores.

Los jueces probaron cada preparación a diferentes temperaturas -caliente, tibio y frío- sin azúcar, a fin de comprobar si mantenía o variaba su sabor y olor, entre otros aspectos, de acuerdo a una ficha técnica muy compleja. Allí entró en juego toda la parte sensorial de los evaluadores.

Concluyeron que los tres primeros puestos los ganaron cafés exóticos porque poseen sabores únicos en el mundo. Miranda logró la victoria, además de los puestos cuarto, quinto y séptimo. Los estados Mérida y Yaracuy quedaron de segundo y tercero, respectivamente.

De la genética de la planta y la riqueza del suelo depende el sabor del café.  Foto: Gobernación de Miranda


“Estoy sorprendido porque la verdad es que no pensábamos que íbamos a ganar; sabíamos que teníamos un excelente producto, pero no sospechábamos que íbamos a ganar”, expresó Aristeguieta.

El concurso hizo que él y su socio Luis Ángel se integraran al gremio cafetalero venezolano para dar a conocer el nombre de su marca Ávila Blu y la posibilidad de entrar en el comercio mundial.

Un proyecto naciente en el Waraira Repano

Aristeguieta, administrador de profesión, soñaba con tener una finca en el cerro de El Ávila para vivir allí luego de su retiro y producir un café de calidad. Junto a su socio Luis Ángel, dedicado al área de transporte y logística, los sexagenarios radicados en Caracas e inversionistas, en noviembre de 2021 compraron una finca de 720 hectáreas en el sector Las Planadas de Guatire.  

El lugar tenía de diez a 12 años de abandono, estaba lleno de monte y la vialidad interna era impenetrable. Pertenecía a Pedro Vásquez Guerra, quien cultivó esas tierras en los años 50, fue el primer presidente del Fondo Nacional de Café de Venezuela y falleció en la década de 2000.

“De acuerdo a los documentos de titularidad de la finca allí se ha sembrado café desde 1870, o sea que tiene una tradición de muchos años”, explica Aristeguieta.

Afirmó que es mágico ese sitio que está dentro del Parque Nacional Waraira Repano, frente a Guatire. Es el último asentamiento localizado en esas alturas, más abajo están los sectores agrícolas Aguasales y Chimborazo.

La biodiversidad que se concentra en la montaña está protegida por el Instituto Nacional de Parques (Inparques), por lo que muy pocas zonas de la propiedad se pueden intervenir.

Además, en la finca hay siete nacientes de agua que son estrictamente respetadas y uno de los linderos está cerca de la cascada Paraíso, una de las más altas del Waraira.  

El acceso a Las Planadas se encuentra en la vía a la urbanización Valle Arriba y el trayecto al cultivo es de 26 kilómetros que se realiza en dos horas debido a lo intrincado de la carretera que es de tierra.

El café: una excelente herencia

Al principio los nuevos propietarios consiguieron que de las 40 hectáreas de cultivo solo dos estaban sembradas.

Rincón y Aristeguieta, quienes no tenían preparación en agricultura,  conformaron un equipo de 14 personas procedentes de Barlovento y Altagracia de Orituco, estado Guárico, que saben de cultivos y serpientes venenosas que abundan en la zona. También tuvieron ayuda de personas conocedoras del tema y pusieron manos a la obra.

Recuperaron las dos hectáreas, cuyo cultivo fue presentado en el concurso, y labraron una tercera. 

La propiedad  estuvo abandonada por unos 12 años. Foto: Gobernación de Miranda


El hijo de Vásquez Guerra había entregado a los compradores los recibos de las semillas y otros documentos. Por ese medio supieron de la existencia de las variedades borbón y la caturra. Sin embargo, no tenían idea del tesoro que significaban.

“La calidad del café depende originalmente de la tierra donde está sembrado, de la biodiversidad, los factores ambientales en positivo y los nutrientes del subsuelo que le dan el sabor; además de la buena genética de la planta y los procesos a que se someten posteriormente. Pero uno no sabe hasta el final lo que obtendrá de ese café seco, listo para tostar y probarlo. Nosotros no teníamos idea de que teníamos esa joya ahí, nos dimos cuenta cuando lo tostamos por primera vez, se lo dimos a varias personas y nos dijeron que jamás habían probado algo así en su vida”, destacó.

Ese descubrimiento ocurrió hace ocho meses, lo cual confirmó que tenían algo bien especial en la finca.

Unas plantas de abolengo

El grano borbón tiene relación con la dinastía real francesa. Según refirió Aristeguieta un árabe vendió unas matas de café a uno de los reyes de esa familia que las hizo plantar en una isla de Madagascar; de allí esta variedad pasó de oriente a occidente.

El emprendedor aseguró que este grano tiene sabores achocolatados, alicorados, vinosos y, además, a fresa. Uno de los jueces venezolanos que lo probó dijo que sabía a una golosina que se vende comercialmente en el país, una galleta cubierta de chocolate y sabor a esa fruta. Mandaron a comprar una caja del producto para que los expertos internacionales lo probaran y se creó el nuevo término en el argot de catadores de café con el nombre del dulce.

Por su parte, la caturra es el resultado del cruce de café brasilero con el borbón, pero de manera natural, sin modificación genética.

“Este es un café extraordinario que llega a unos estados de dulzura que a la final se traduce en unos sabores frutales”, explicó el productor.

Un método artesanal y amigable con la naturaleza

Estas plantas no requieren de un cuidado especial, pero lo importante del café es como se trata en la etapa de la post cosecha, cuando se recoge la fruta en su estado de madurez óptimo.

“Nosotros en particular procesamos el café de manera natural, lo que quiere decir dejarlo con la piel y todo y eso hace que el grano absorba esos sabores tan deliciosos de la pulpa”, explicó. 

Aseveró que este proceso es muy ambientalista y ecológico porque utiliza cuatro litros de agua por kilogramo de café, a diferencia del café lavado que lleva 46 litros por kilogramo. Además, el agua residual no es contaminante.

Otras etapas del proceso son la fermentación que dura varias horas y el secado al sol sobre unas camas africanas, que son unas mallas cuadradas. Los granos quedan como unas pasas, se trillan y tuestan.

El cafeto tarda tres años en dar frutos. Normalmente, la cosecha es anual entre enero y febrero, mientras que la floración es en mayo.

“Estamos concentrados en obtener café de calidad, mas no en la cantidad”, expresó.

En la finca de Las Planadas van cuatro hectáreas resembradas hasta ahora, cada una generará 20 quintales del fruto. Un quintal equivale a 47 kilogramos, es decir, que obtendrán 940 kilogramos por hectárea.

“Nuestra producción es pequeña porque nosotros estamos buscando ese nicho de café de especialidad que es costoso y que en un porcentaje alto de la producción se irá a la exportación”, señaló.

El emprendimiento tiene un plan de crecimiento bien ambicioso para los próximos tres años. En este momento Ávila Blu no está en cadenas de supermercados, pero los permisos para poder vender café tostado están en proceso para que los venezolanos tengan la oportunidad de degustarlo.

Apoyo por varios flancos a estos emprendedores

Los planes de seguridad de la Gobernación de Miranda y la Alcaldía de Zamora dieron apoyo para que en la finca pudieran trabajar con tranquilidad.

Otra ventaja es que a estos emprendedores cafetaleros tienen acceso a los agroinsumos, como fertilizantes y otros productos, a precios solidarios a través de unas ferias especiales que realizan en Guatire.

Luego de cosechado el grano se pone al sol por varias horas. Foto: Gobernación de Miranda


La finca recibió la visita del gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, y ya está integrada al impulso a favor de la labor del campo que desarrolla el secretario de Soberanía Agroalimentaria de la entidad, Miguel Marín.

El gobierno regional instalará un transformador en Las Planadas para el funcionamiento de una trilladora que dejó el antiguo propietario y será utilizada en este nuevo proyecto. También hay una despulpadora y una secadora que serán recuperadas aunque el proceso de Ávila Blu es artesanal.

Mientras que el alcalde de Zamora, Raziel Rodríguez, quien también visitó el lugar se comprometió a solicitar la autorización a Inparques para que una máquina arregle la carretera a Las Planadas y haga el trayecto más fácil y en menos tiempo.


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