UNA de las conversaciones entre Jackie Robinson y Branch Rickey no pudo ser más célebre. Aquel 28 de agosto de 1945 el presidente y gerente general de los Dodgers le preguntó al pelotero si podía enfrentarse a las ofensas sin reaccionar con enojo. ¿Estás buscando un negro que tenga miedo de contraatacar? espetó el molesto jugador. La respuesta fue genial: "Estoy buscando un negro con las suficientes agallas para no contraatacar". Rickey no era el único ejecutivo que andaba detrás de afroamericanos, pero sí el más insistente. Por allí circulaban figuras como Satchel Paige, Josh Gibson y Larry Doby, con mejores estadísticas que Robinson. Pero en octubre de aquel 1945, Robinson aceptó la oferta de 600 dólares mensuales para incorporarse a los Reales AAA en Montreal, antesala de los Dodgers, dejando así a su equipo de liga negra, los Monarch... COMENZÓ una larga historia llena de dificultades. El manager de los Reales, Clay Hopper, no quería en su club a un negro. A Robinson no se le permitía quedarse en el mismo hotel con los blancos. En Sanford, el jefe de policía amenazó con cerrar los campos de entrenamientos donde estuvieran los Dodgers con su nueva figura. Pudo el execrado pelotero ver acción en un partido de exhibición de la sucursal de Daytona contra el club grande de los Dodgers, el 17 de marzo de 1946. Más tarde, el 18 de abril de 1946, se produjo el primer partido de ligas menores en el cual interviniera un negro. Vaya, se fue de 5-4 y su imparable de estreno fue un jonrón de tres marcas. Estaba en el principio de una campaña que terminó con liderato de bateo (.349) y el premio MVP. En medio de una gran hostilidad, sobre todo en los viajes por carretera, su fama creció porque su juego así la palanqueaba. Los partidos en los cuales estuvo involucrado en AAA provocaron una asistencia récord en ligas menores sobre el millón de personas, algo impensable para esos tiempos.
EL 11 de abril de 1947 --- 75 años ha ---- Jackie Roosevelt Robinson hizo su debut con los Dodgers en un juego final de entrenamiento. Lo llamaron al equipo a seis días del "opening day". A sus 28 años de edad, el 15 de abril, abrió fuegos en Ebbets Field, la casa de los Dodgers, ante 26.623 personas, de las cuales unas 14 mil eran negros. No conectó imparable, recibió boleto y anotó una carrera. El club house hervía. Algunos jugadores propusieron un motín contra Robinson, pero la gerencia no los respaldó. Equipos contrarios incentivaban una huelga si el personaje saltaba al campo e intentaron que la Liga Nacional los apoyara. El Comisionado Ford Frick amenazó con suspender a los jugadores involucrados en el boicot. La reacción del manager de los Dodgers, Leo Durocher, fue no menos histórica: "No me importa si el tipo es amarillo o negro, o si tiene rayas como una maldita cebra. Soy el piloto de este equipo y digo que juega"... LOS Cardenales eran los promotores de acciones racistas y también apoyaban el juego brusco contra Robinson, quien resultaría luego con una fea herida en una pierna. El 22 de abril, el manager de los Filis, Ben Chapman, le gritó desde su banquillo a Robinson: "negro, vuelve a los campos de algodón", ardiente frase que más bien revolvió la sangre en la cueva contraria y todos los compañeros apoyaron a Jackie. Entonces, Pee Wee Reese dijo: "puedes odiar a un hombre por diversas razones. El color no es una de ellas". La tormenta pasaba.
ROBINSON no falló a las presunciones de Rickey, su mentor. Fue Novato del Año en 1947.Ligó para .297 con 29 robos y terminó líder en sacrificios (28). Dos temporadas más tarde resultó MVP con números estridentes, punteando en average (.342) y estafas (37). De hecho, estaba el beisbol ante una ficha excitante. En seis campañas seguidas conectó sobre trescientos. Jugó seis Series Mundiales. La vida le cambió radicalmente. Se hizo más famoso por Hollywood y era entrevistado en todas partes. Tenía carisma y buen verbo. No le caía del todo bien al propietario de los Dodgers, Walter O'Malley, quien lo llamaba la "prima donna" de Rickey…..EN 1956, octavo torneo suyo, Robinson mermó en sus numeritos y optó por el retiro cuando los Dodgers anunciaron su cambio al rival citadino, los Gigantes. En 1955 fue campeón del mundo ante los Yankees, rivales encarnizados de entonces. La diabetes lo acosaba y frisaba los 36 años (31-01-19). Sin darse cuenta resultó adalid de los derechos civiles, pues ocho años antes había roto seis décadas de segregación. Las palabras de Rickey hicieron efecto. No fueron suficientes los insultos, vejámenes, amenazas de muerte para abatir a quien desde entonces es la figura de la unión racial, un símbolo de la fuerza universal que pregona la igualdad por encima de razas, credos y colores de la piel. El número 42 fue retirado de todos los equipos de MLB. Su vida ha sido llevada al cine y obras teatrales, incluso con su misma representación. Murió joven, 53, el 24 de octubre de 1972. Una década antes entró en el salón de la fama de Cooperstown, con 124 de 162 votos posibles. Su aporte, junto a Branch Rickey, logró dividir la historia del juego. No hay dudas. El béisbol desde entonces es otra cosa.
@alfonsosaer
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