Comprar un café de poca calidad, no molerlo en casa y no seguir los consejos básicos para preparar la cafetera son algunos de los fallos más habituales
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No comprar café de calidad y recién tostado
“Para hacer un buen café desde casa tenemos que comprar un café de calidad, y tostado de hace poco”. El experto recomienda acudir a un tostador artesano para asegurarnos de que los granos de café no llevan semanas o meses tostados, como ocurre con los cafés que encontramos en el supermercado. En una tienda especializada el proceso es más cuidadoso que el industrial, y nos aseguraremos de que el café solo lleva unos días tostado.
Salvador Sans dice que el café arábica "es el bueno", en cambio el robusta, "no tanto". Existen muchas variedades, orígenes, condiciones de cultivo y productores de café arábica que nos permitirán elegir el café que más nos guste gustativamente. El experto recomienda comprar un café con "trazabilidad" y recuerda que "decir café de Colombia es como decir vino de España".
Comprar café torrefacto
Si a pesar de todo lo que hemos explicado, opta por comprar el café en el supermercado, lo que debe evitar a toda costa es el café torrefacto o mezclado. La torrefacción no es más que añadir azúcar a los granos de café en el proceso de tostado. El azúcar se quema y “desvirtúa totalmente el sabor del café”. El resultado es un café amargo y muy oscuro que, además, no es muy saludable
No moler el café en casa
“El utensilio más importante para tomar un buen café en casa es el molinillo”. Salvador Sans tiene claro que deberíamos moler todos los días los granos de café antes de preparar la bebida si no queremos perder aromas y propiedades por el camino.
Además, recomienda los molinillos de muelas, no de aspas. Estos últimos no muelen el café de forma homogénea: en el centro queda demasiado grueso y en las paredes del molinillo, demasiado fino.
El propietario de Cafés El Magnífico también destaca que la medida universal de molido no existe. Cada cafetera requiere un grado de molido diferente (más fino para las expres y más grueso para las de filtro).
Utilizar agua del grifo
Si pensamos que más del 95% de una taza de café es agua, entenderemos rápidamente la importancia de tener en cuenta qué agua utilizamos para preparar el café.
"Ya puedes tener un café muy bueno que si el agua no es de calidad, no estará bueno", avisa el experto. Para evitar que el producto pierda “aromas y vivacidad” es necesario utilizar agua de mineralización débil. Y si puede ser embotellada, mucho mejor. Además, la cal puede acabar perjudicando a la cafetera.
Guardar mal el café
De entrada debemos tener claro que es mucho mejor comprar el café en grano y en pequeñas cantidades, lo que necesitamos para dos, tres o cuatro semanas. Así nos aseguramos de que el tostado es reciente.
En casa, debemos guardarlo en un recipiente hermético, en un lugar fresco, seco y protegido de la luz. Salvador Sans no recomienda ponerlo en el frigorífico, ya que el café puede absorber humedad y olores de otros alimentos. Si queremos conservar el café a largo plazo, debemos congelarlo en un recipiente también hermético.
No tener en cuenta el tipo de cafetera
Para disfrutar de un buen café hay que escoger un tipo u otro de cafetera en función de cómo te guste la bebida. Salvador Sans destaca que existen dos grandes estilos de café, y recomienda la cafetera adecuada para cada uno.
Para obtener un café corto e intenso debemos optar por una cafetera exprés o una italiana. En cambio, para cafés más largos (que no aguados) y de sabores más complejos, elegiremos tener una cafetera de filtro (de émbolo, Melitta, Chemex, V60, etc).
Además, el propietario de Cafés El Magnífico recuerda que si tomas el café con leche pero no quieres poner mucha leche, es mejor decantarse por un café filtrado, menos intenso.
Prensar el café
Llega al momento de tomarnos el café. La única cafetera que requiere que compactamos el café cuando lo ponemos en la cazoleta o en el filtro es el expreso. En las demás, sólo tenemos que vigilar que la superficie quede uniforme, pero no debemos prensarla.
No utilizar bien la cafetera italiana
La cafetera italiana es una de las más populares, económicas y sencillas de usar, pero es muy fácil que el café se nos queme. Para que esto no pase, sigue los consejos que tienes a continuación.
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Consejos y trucos básicos para hacer un buen café en una cafetera italiana
Llenar la cafetera con agua ya caliente: así el proceso será más rápido y el café no estará tanto tiempo en contacto con la fuente de calor.
Utilizar un difusor para que la llama no toque directamente la cafetera
Hacer el café a fuego lento
Hacerlo con la tapa abierta, para vigilar la extracción y evitar un exceso de calor
Apagar el fuego antes de que termine de salir todo el café. "Más vale perder un poco de agua que dejar que se queme", concluye Salvador Sans.
No lavar bien la cafetera
La limpieza y mantenimiento de la cafetera es muy importante para asegurarnos un buen café. Sobre todo en el caso de las exprés, debemos evitar que las partículas de café se acumulen en rincones olvidados y acaben quemándose y dejando un mal sabor en la bebida.
En en caso de la cafetera italiana, debes enjuagar todas las piezas con agua caliente y secarlas bien antes de enroscarla. El jabón y los estropajos no son nada recomendables.
Abusar de las cápsulas de café
Como podéis imaginar, Salvador Sans no es precisamente un admirador de las cafeteras de cápsulas. Admite que pueden ser útiles en contextos determinados, como en las oficinas, pero lamenta que se hayan popularizado en la mayoría de hogares e incluso en los restaurantes.
El experto recomienda apostar por las cafeteras automáticas o superautomáticas, que llevan un molinillo incorporado y lo hacen todo al momento. Aunque son máquinas caras, dice que acaban siendo rentables si queremos comodidad sin renunciar a un buen café.
No degustarlo con atención
Por último, Salvador Sans recomienda “ parar y dedicar un momento a disfrutar del sabor y el aroma del café”. Dice que no tenemos que beberlo de golpe, “como una inyección de cafeína”, sino detenernos un momento y disfrutar con tranquilidad de la taza que hemos preparado. Debemos tomarlo recién hecho y en una taza o vaso adecuado. “Si no, todo lo que hemos hecho antes no sirve de nada”, defiende el especialista.
El café es una bebida compleja y es importante saber disfrutarla y saber reconocer qué nos gusta y qué no.
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