Hay personas que le caen bien a todo el mundo por su actitud, sus habilidades y sus cualidades. Te contamos cuáles son estos rasgos que las hacen únicas.
Sobre gustos no hay nada escrito, y tampoco sobre afinidad. Quien para nosotros es una persona maravillosa, inteligente y divertida puede no suscitar ningún tipo de interés en otros, e incluso generar rechazo. Sin embargo, hay quienes logran conectar y conquistar a los demás (al menos a la mayoría) desde el primer instante y sin ningún esfuerzo. ¿Qué tienen estas personas que le caen bien a todo el mundo?
Seguramente tú también conozcas o hayas conocido a alguna de ellas. Son esos individuos para los que todos tienen buenas palabras, que causan una primera buena impresión y la mantienen en el tiempo. No importa con quién se relacionen ni cuánto tengan en común, lo cierto es que saben hacer sentir a los demás cómodos, seguros y acogidos. Pero, ¿en qué consiste exactamente ese don?
Las personas que le caen bien a todo el mundo son abiertas y sociables
Indudablemente, estas personas poseen carisma y tienen un alto nivel de habilidades sociales. Son abiertas, extrovertidas y saben manejar el lenguaje verbal y no verbal. Sonríen con frecuencia (y de forma genuina), adoptan una postura relajada y cercana y muestran interés en su interlocutor.
A todos nos gusta que nos escuchen, y estas personas lo hacen; no tratan de acaparar la conversación ni de imponerse, sino que permiten a los otros expresarse y realizan una escucha activa. Saben, además, cómo modular la voz y hacen un buen uso del contacto físico para generar cercanía y confianza.
Son alegres, optimistas y positivas
Estos son sin duda algunos de sus rasgos más distintivos. Quienes caen bien a todo el mundo contagian su alegría y su buen humor. No se quejan, no critican ni reclaman; por el contrario, se centran naturalmente en los aspectos positivos de cada situación, son flexibles y optimistas.
Con esta actitud logran despertar emociones positivas en las personas con las que se relacionan, quienes terminan asociando su compañía a la tranquilidad, la felicidad y la comodidad.
A ellas también les cae bien todo el mundo
Su actitud optimista hace que vean el lado más amable de cada persona; así, son tolerantes, empáticos y abiertos. En cada ser humano que conocen encuentran algo positivo que puede aportar y se centran en ello a la hora de juzgar a otros.
En suma, ellos le caen bien a todo el mundo, pero a su vez también suelen sentir simpatía por la mayoría de las personas. Quizás es esta actitud la que les facilita conectar, pues a todos nos gusta sentir que le agradamos a nuestro interlocutor.
Tienen autoestima y humildad
La confianza en uno mismo es uno de los rasgos más atractivos para los demás. Quienes se sienten y se muestran seguros suelen despertar más simpatía en el resto; sin embargo, debe tratarse de una autoestima sana y verdadera. Cuando hablamos de un ego inflado artificialmente, que busca hablar solo de sí mismo o resaltar por encima del resto, el efecto es justo el contrario.
Las personas que le caen bien a todo el mundo confían en sí mismas y se saben valiosas, pero son a la vez sencillas y humildes. Reciben con agrado y gratitud los cumplidos, pero no presumen ni buscan hacer de menos al otro.
Son auténticas y genuinas
Por último, es probable que ese toque especial de magia sea su autenticidad. Todos hemos conocido a personas que son amables, risueñas y aparentemente agradables, pero que nos transmiten una cierta sensación de inseguridad y generan recelo. Y es que, de uno u otro modo, podemos percibir cuando las intenciones y actitudes son genuinas o falsas.
Lo que hace a estas personas tan diferentes es su espontaneidad, su capacidad para mostrarse como son sin tratar de aparentar u ocultarse tras una máscara de perfección. Ellas realmente se abren al mundo, y el mundo se lo agradece.
Las personas que le caen bien a todo el mundo nacen y se hacen
Son muchos los psicólogos que recalcan lo perjudicial que es tratar de agradarle a todo el mundo, con las consecuencias que puede tener sobre la distorsión de nuestra identidad. Sin embargo, es indudable que conectar con los demás nos facilita la vida y mejora nuestra satisfacción y bienestar.
Las relaciones sociales son beneficiosas para nuestra salud física y emocional y por ello debemos cultivarlas. Ahora bien, ¿qué hacemos si no somos una de estas personas que simpatizan a la primera?
Ciertamente hay quienes poseen este carisma y estas apreciadas cualidades desde su infancia. Pero esto no significa que los demás no podamos desarrollarlas. Adoptar una actitud más abierta, optimista y tolerante, mejorar las habilidades sociales y potenciar la autoestima está en nuestra mano; incluso podemos recurrir a profesionales que nos ayuden en el proceso. De este modo nuestras relaciones con los demás darán un salto de calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario