Muchas veces tendemos a complicarnos demasiado la vida, ya sea con cosas, tareas, personas o pensamientos. Creo que la vida y las cosas pueden ser más sencillas si realmente te lo propones. Acostúmbrate a simplificar, a valorar las pequeñas cosas, a no saturarte con demasiados compromisos u obligaciones, déjate fluir, a ser más espontáne@.
Tener sencillez de pensamiento, te equilibra, ya que te ayuda a ver la vida de forma diferente, con otros ojos, los ojos de lo sencillo, lo esencial, sin pretensiones. Decía Einstein “Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre”.
5 consejos para aplicar la sencillez a tu día a día:
Tener sólo lo necesario
Tener sólo las cosas que necesitas es simplificar tu vida. Si no acumulas, te será más fácil ordenar y mantener tus cosas, además de reducir tu gasto. No te dejes atrapar por el consumismo, ve a lo sencillo, a lo que realmente quieres, necesitas y te hace feliz.
Adopta el minimalismo como estilo de vida
Llevar un estilo de vida minimalista es ir a lo esencial, a saber vivir con menos cosas, identificar lo necesario, saber valorar la belleza y la calidad. Focalízate en lo que de verdad te importa y en llevar una vida ágil, ordenada y sencilla.
Disfruta de tu casa
Está demostrado que una casa organizada y limpia influye en tu estado de ánimo, hace que estés de mejor humor y que tu energía positiva fluya. Haz de tu casa un lugar sencillo, un remanso de paz y tranquilidad, sin trastos ni distracciones, en el que te identifiques, te sientas arropad@ y en el que puedas recargar las pilas.
Sé responsable con tu economía
Una economía responsable es tomar el control de tus gastos, tener el poder y la capacidad de elegir qué y cómo consumes, tener un estilo de vida satisfactorio tanto para tu economía como para el medio ambiente. Analiza tu consumo y sé consciente de tus compras cotidianas, tus valores y tus necesidades.
Valora las cosas pequeñas
Muchas veces vamos por la vida tan rápido, que ésta pasa por delante nuestro sin darnos cuenta, la prisa y el estrés nos atrapan. Empieza a ver la vida desde otra perspectiva, a dar importancia a las pequeñas cosas, a las que verdaderamente te aportan felicidad, a ver la sencillez en la vida, en tu día a día, a disfrutarlo.
Nunca espero nada. Simplemente me sorprendo de los cambios.
Ericsson
Conclusión. No es necesario tener muchas cosas para ser feliz. La sencillez está en un@ mism@, en tu interior. Aprende a valorar lo sencillo, lo cotidiano, para que aparezca tu magia, tu propia esencia. Haz de la sencillez tu estilo de vida y cada día de tu vida, un día único. Disfruta de la naturaleza, cuida y sé coherente, respetuos@ con el medio ambiente, tu entorno y con las personas. Valora lo que tienes y sé feliz.
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