POR RICK WARREN — AGOSTO 2, 2023
“Durante el primer año de su reinado, yo, Daniel, al estudiar la palabra del Señor, según fue revelada al profeta Jeremías, aprendí que Jerusalén debía quedar en desolación durante setenta años”. Daniel 9:2 (NTV)
La oración no comienza hablando. Comienza escuchando.
Para que tus oraciones sean efectivas, primero escucha a Dios leyendo su Palabra, la Biblia. Necesitas dejar que Dios te hable para que sepas cómo orar, qué orar, dónde orar y cuándo orar.
Daniel oró con eficacia porque conocía la Palabra de Dios. Había sobrevivido a tres administraciones diferentes en cautiverio e incluso había sido ascendido dentro de ellas. Tenía 85 años y sabía que Dios había prometido traer a los israelitas a casa después de 70 años en Babilonia. Pero también sabía que los israelitas no se habían vuelto a Dios. Setenta años después, todavía estaban tan desordenados como siempre.
“Durante el primer año de su reinado, yo, Daniel, al estudiar la palabra del Señor, según fue revelada al profeta Jeremías, aprendí que Jerusalén debía quedar en desolación durante setenta años” Daniel 9:2 (NTV).
Debido a que estudió las Escrituras, Daniel sabía lo que Dios había prometido y lo que se requería de Israel. Por eso, pudo tomar decisiones acertadas.
Nunca vas a orar con eficacia hasta que estudies las Escrituras y aprendas de la Palabra de Dios todos los días. Cuanto más conozcas la Biblia, más oraciones Dios te contestará. Tienes que leer la Palabra de Dios todos los días para que puedas aprender y recordar las promesas que Dios te ha hecho.
No te vayas a la cama sin dedicar algún tiempo, para escuchar a Dios leyendo la Biblia y luego hablando con Él. Daniel hizo esto tres veces al día durante más de 70 años. Para él era un hábito diario.
¿Crees que tu vida sería diferente si tuvieras una conversación con Dios tres veces al día durante toda tu vida? No es de extrañar que Daniel evitara los problemas, se hiciera sabio y siguiera siendo ascendido.
Desarrollar un hábito diario de estudio bíblico y de oración, revolucionará tu vida. Te hará mental, emocional y espiritualmente más fuerte. Tendrás más confianza, menos miedo y menos estrés. Mejorará cada área de tu vida.
Proponte hoy comenzar una disciplina saludable de estudio de la Biblia y de oración, para que puedas escuchar a Dios y hablar con Él.
Reflexiona sobre esto:
- Nombra una cosa que te distraiga o te impida estudiar la Biblia. ¿Cómo eso ha tenido prioridad sobre la Palabra de Dios?
- ¿Por qué crees que es difícil quedarse quieto y escuchar?
- Cuando comienzas el hábito de leer la Palabra de Dios, no tienes que comenzar en grande. Decide la cantidad de tiempo que puedes dedicar todos los días a leer la Biblia y la hora del día que mejor se adapte a tus necesidades.
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