Yoko Ono nació en Japón en 1933. Sus adinerados padres habían emigrado a los Estados Unidos, pero cuando volvieron a Japón casi mueren de hambre tras el fin de la II Guerra Mundial. Esta experiencia hizo que Yoko Ono se convirtiera en una persona muy resuelta.
Yoko y su familia se mudaron a los Estados Unidos en la década de los 50 del siglo pasado. Se enroló en el Lawrence College, para después dejarlo una vez que se casó con un compositor japonés.
A Yoko siempre le interesó la música de vanguardia y las artes. Siempre se le dio muy bien conocer a gente, como por ejemplo cuando conoció al compositor John Cage, para quien actuaría más adelante en el Carnegie Hall. El arte de aquella época había evolucionado hacia la psicodelia, y Yoko quería formar parte de aquel movimiento. En un momento concreto, sus padres la ingresaron en el hospital debido a una crisis nerviosa.
Se casó por segunda vez y tuvo una hija. Su matrimonio se convirtió en una batalla judicial por la custodia de la hija, y en eso estaba todavía enfrascada cuando conoció a John Lennon.
Yoko estaba metida en el mundo de las artes interpretativas, y buscaba ayuda financiera para producir uno de sus espectáculos. Primero intentó obtener ayuda de Paul McCartney, y para ello se presentó en su casa. Paul se la quitó de encima y la envió a John. Se reunieron en varias ocasiones, y finalmente consiguió su ayuda para sus exhibiciones de arte. Dicen que John fue invitado al espectáculo, y que se subió a una escalera llevando una lupa en la que se podía leer la palabra “sí”. El resto es, como dicen, historia.
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