Si tienes ganas de rendirte, lee esto:

 1. Esto es una fase.

Los tiempos difíciles son sólo una fase. No duran para siempre. La vida es un ciclo de altibajos. Recuerda que esto también pasará. Ahora estás en medio de la tormenta, pero se avecinan cielos despejados. Aguanta.

2. Eres más fuerte de lo que crees. Nunca subestimes tu capacidad de recuperación. - Has sobrevivido al 100% de tus días malos. - Dentro de ti hay una fuerza interior. - Tu potencial es mayor que cualquier problema. Recuerda que eres más fuerte y más capaz de lo que crees.

3. Los pequeños pasos cuentan. El progreso no siempre es un salto adelante. A veces son pequeños pasos, casi imperceptibles. Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a tu objetivo. Celebra cada pequeño avance. Sin prisa pero sin pausa se gana la carrera. Sigue avanzando.

4. Recuerda tu "por qué". Piensa en las razones por las que empezaste. Vuelve a conectar con tu motivación y tus objetivos.

5. El fracaso es un trampolín. Está bien caerse, pero es importante volver a levantarse. Cada contratiempo trae consigo oportunidades de aprendizaje. Recuerda que toda gran historia de éxito implica superar obstáculos. Sigue adelante. Tu historia se está escribiendo.

6. Practica el autocuidado. El autocuidado es esencial, especialmente en los momentos difíciles. - Coma alimentos nutritivos - Haga ejercicio con regularidad - Duerma lo suficiente - Conéctese con sus seres queridos - Participa en actividades que te aporten alegría.

7. Está bien pedir ayuda. Recuerda que no estás solo en este viaje. - Acude a amigos, familiares o profesionales. - Hable abiertamente de sus dificultades La fortaleza no consiste sólo en resistir en silencio. También es saber cuándo pedir ayuda.

A mis amigos y lectores, Luchad por vosotros mismos. Por muy difícil que sea, no os rindáis nunca. Después de algún tiempo, tu chispa acabará volviendo. Saldrás más feliz, más sano y más sabio. Estamos juntos en esto.