POR RICK WARREN — ENERO 23, 2024
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1 (RVR1960)
Los diccionarios suelen definir “convicción” como una creencia fija o fuerte, pero la convicción es mucho más que eso. Además de tus creencias, tus convicciones incluyen tus valores, compromisos y motivaciones.
Me gusta la definición de convicción que una vez escuché del gran maestro de la Biblia Howard Hendricks. Él dijo: “Una creencia es algo sobre lo que discutirás. Una convicción es algo por lo que morirás”.
Tus convicciones determinan tu conducta. Te motivan a tomar una posición y actuar de acuerdo con tus valores.
Cuando te conviertes en cristiano por primera vez, a menudo haces cosas simplemente porque los cristianos a tu alrededor te las sugieren o las modelan. Puedes orar, leer la Biblia y asistir a los servicios de la iglesia debido a su ejemplo.
Esto está bien para un nuevo cristiano; los niños pequeños aprenden de la misma manera. Sin embargo, a medida que creces, eventualmente debes desarrollar tus propias razones para hacer lo que haces. Esas razones se convierten en convicciones.
Las convicciones bíblicas son esenciales para el crecimiento y la madurez espiritual. Irónicamente, muchas personas hoy en día tienen fuertes convicciones sobre temas menores, como el fútbol o la moda. Al mismo tiempo, tienen convicciones débiles sobre temas importantes, como lo que está bien y lo que está mal.
Hebreos 11:1 dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RVR1960).
Desarrollar convicciones bíblicas sólidas requiere tiempo y compromiso. Pero vale la pena. A la larga, te ayudarán a vivir una vida coherente e impulsada por la fe.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo han afectado tus convicciones las decisiones que has tomado?
- ¿Cuándo has tomado una decisión que no se basó en tus convicciones? ¿Cuáles fueron los resultados de eso?
- ¿Sobre qué temas necesitas tomar una posición basada en tus convicciones?
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