Nuestras relaciones interpersonales funcionan bien cuando nos convertimos en canales de la misericordia y la gracia de Dios.
Algunas personas dicen que lo más difícil de cualquier empleo no es la tarea en sí, sino llevarse bien con los compañeros de trabajo. Por eso, en este pasaje el Señor enfatiza la intención de Dios de que ninguno de sus pequeños perezca, la lección que les da a los discípulos es el consejo para manejar los conflictos.
El Señor dice que señalemos en privado las faltas a los hermanos que han pecado. A la mayoría de nosotros no nos gusta la confrontación, ya sea que confrontemos a otros o nos confronten a nosotros. Pero si encontramos la valentía para abordar correctamente este tipo de situación, podremos salvar una relación.
Por supuesto, la confrontación a menudo sale mal, así que Pedro pregunta cuántas veces debe perdonar, ¿hasta siete veces?
Ese pequeño número representa una gran cantidad de dolor para el discípulo. Pero Cristo dice: hasta setenta veces siete. En la cultura de su tiempo, el simbólico “setenta veces siete” no equivalía a 490; equivalía a un número ilimitado. En otras palabras, el perdón es algo que los cristianos debemos practicar siempre.
La salvación es instantánea, pero el discipulado es un viaje que dura toda la vida. Necesitaremos el ánimo, la gracia y la misericordia de Dios, a medida que aprendemos a perdonar de la manera que Cristo nos enseñó.
Biblia en un año: ÉXODO 10-11
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