jueves, 4 de enero de 2024

Ser una morada para Cristo



 Si nos volvemos más como Cristo y actuamos como Él lo haría, podremos transformar nuestro mundo.

4 de enero de 2024

Efesios 3.17

Ayer vimos que Pablo oró para que los efesios tuvieran fortaleza interior. Esa fortaleza les ayudaba a perseverar en medio del sufrimiento, pero también les transformaba para que “Cristo [habitara] por la fe en [sus] corazones” (Ef 3.17). Notemos que Pablo no oró para que Cristo entrara en el corazón de los creyentes, como ocurre en el momento de la salvación. En lugar de eso, oró para que Cristo habitara en el núcleo de sus seres.

Dicho de otra manera, Pablo está diciendo que cuanto más fortalezca el Espíritu las vidas de las personas, más “[crecerán] en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Ef 4.15). El señorío de Cristo se establecerá cada vez más en sus vidas. Y con Cristo como Rey en sus corazones, el reino de Dios crece también. El dominio justo y misericordioso del Señor puede propagarse a través de sus vidas a sus familiares y comunidades.

Nuestras oraciones por los demás, por tanto, no son solo para su transformación personal, aunque es crucial. A medida que nos asemejamos más a Cristo, actuamos más como Él lo haría, transformando nuestras relaciones y comunidades. Eso mismo ocurrió cuando los primeros cristianos asombraron a sus prójimos al mostrar amor no solo por los suyos, sino por todos. Y ahí es donde sigue la oración de Pablo, que exploraremos los próximos días.

Biblia en un año: GÉNESIS 12-15

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