POR RICK WARREN — ENERO 12, 2024
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. Efesios 2:10 (NVI)
Dios no te puso en la Tierra solo para vivir para ti mismo. ¡Él quiere que hagas del mundo un lugar mejor!
Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (NVI).
Hay una palabra para este tipo de vida: ministerio. Todo cristiano es un ministro. No todo cristiano es pastor, pero todo cristiano es un ministro. Eso significa que usas tus talentos y dones para hacer una contribución en la vida: ser un dador, no alguien que solo recibe.
La Biblia instruye: Ámense unos a los otros. Cuídense unos a los otros. Oren unos por los otros. Anímense unos a los otros. Ayúdense unos a los otros. Aconséjense unos a los otros. Apóyense unos a los otros. Y así sucesivamente. Es el ministerio mutuo de cada creyente en la familia de Dios a cada otro creyente en la familia de Dios. Esa es la manera en que Dios quiso que fuera.
La verdad es que servir a Dios sirviendo a los demás no siempre es fácil. A veces te desanimarás. Entonces, ¿qué haces cuando empiezas a desanimarte? Recuerda dos cosas.
Primero, recuerda la recompensa que recibirás que durará por la eternidad. La Biblia dice, “Pues Dios no es injusto. No olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo a otros creyentes como todavía lo hacen” Hebreos 6:10 (NTV). Él te recompensará en la Eternidad.
Lo segundo que debes recordar es que Dios usa cada pequeña cosa que sucede en tu vida. Nada es insignificante cuando le sirves a Dios. Nada de lo que hagas es en vano. “Permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil” 1 Corintios 15:58 (NTV).
No pierdas todo el sentido de tu vida. ¡Comienza a cumplir tu propósito viviendo una vida de ministerio hoy!
Reflexiona sobre esto:
- ¿Te caracterizarías más como un dador o un receptor en la familia de Dios?
- ¿Por qué suele ser difícil servir a otras personas?
- ¿Qué es algo aparentemente pequeño o insignificante que Dios te ha pedido que hagas en el ministerio hacia el que necesita cambiar su actitud?
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