POR RICK WARREN — ABRIL 16, 2024
“Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar”. Salmo 142:3a (NTV)
Dios no quiere que te desanimes ni renuncies en la mitad de tu vida. Quiere que llegues a la meta. Él te ha llamado a mirar hacia arriba, no a rendirte.
El Salmo 142:3a dice: “Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar” (NTV).
Ayer discutimos dos causas del desánimo: el cansancio y la frustración. A medida que continuamos leyendo Nehemías 4, encontramos dos más.
La tercera causa del desánimo es el fracaso. Cuando los israelitas llegaron a la mitad del camino en la reconstrucción de los muros de Jerusalén, se preguntaron si iban a tener éxito: “Jamás podremos construir la muralla por nuestra cuenta” Nehemías 4:10b (NTV). Estaba tomando más tiempo de lo esperado y se sentían derrotados y desanimados.
La verdad es que nadie tiene éxito al principio. La única forma de tener éxito en la vida es fallando y aprendiendo lo que no funciona. El fracaso es el trampolín hacia el éxito. La diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son es esta: las personas exitosas ven el fracaso como un contratiempo temporal. Las personas sin éxito lo ven como una marca en su carácter. Proverbios 24:16a dice: “Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse” (NTV).
La cuarta causa del desánimo es el temor. Los enemigos de Israel no solo ridiculizaron los esfuerzos de reconstrucción, sino que también profirieron amenazas: “Antes de que se den cuenta de lo que está pasando, caeremos encima de ellos, los mataremos y detendremos el trabajo” Nehemías 4:11 (NTV). ¡Escuchar a tus enemigos hablar así es una razón legítima para desanimarte!
El siguiente versículo dice: “Los judíos que vivían cerca de los enemigos venían y nos decían una y otra vez: «¡Llegarán de todos lados y nos atacarán!»” Nehemías 4:12 (NTV). Los que vivían más cerca del enemigo eran los más temerosos. ¿Por qué? Porque estaban constantemente rodeados de una negatividad extrema.
Si el temor te está desanimando en este momento, rodéate de cosas buenas y voces positivas. No prestes atención a los medios negativos. Apágalo, o solo te convertirás en una persona más temerosa, paranoica y preocupada.
¿Qué te desanima hoy? ¿Fatiga, frustraciones, fracaso o temor? Sea lo que sea, dáselo a Dios y “Corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante” Hebreos 12:1b (NTV).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué sentimientos de desánimo puedes darle a Dios hoy?
- Piensa en una ocasión en la que fallaste en algo, pero luego te diste cuenta de que en realidad era un trampolín hacia el éxito. ¿Cómo afectó tu mentalidad a tu progreso?
- ¿Cuáles son las influencias negativas que necesitas apagar esta semana?
Oración
“Padre, cuando el fracaso, el temor o el desánimo lleguen a mi vida, recuérdame que tu Palabra dice que “Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar” Salmo 142:3a (NTV). Ayúdame a entregarte todo en mi vida, cada fracaso, cada pensamiento, cada temor, porque solo tú, mi Padre amado sabes qué debo hacer. Amén”.
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