El Señor ve más allá de lo que somos para ver lo que podemos llegar a ser.
Al observar todo lo que había creado, Dios declaró que era muy bueno (Gn 1.31). Hemos sido hechos “asombrosa y maravillosamente”, con un gran potencial para servir en su reino (Sal 139.14; Ef 2.10). Sin embargo, a veces podemos llegar a dudar de que esto sea cierto, porque notamos tantas maneras en las que fallamos. Veamos algunos ejemplos bíblicos de personas que podrían haberse sentido de la misma manera.
Moisés parecía tener muchas ventajas mientras crecía en la casa de Faraón. Después mató a un egipcio y huyó del país. Ya no parecía un buen candidato para liderar la salida de Egipto de los israelitas. Pero Dios miró más allá de lo que Moisés había hecho y vio en quién podía llegar a ser.
Pablo, antes de su salvación, persiguió a los que creían en Cristo. Sin embargo, por la misericordia de Dios, el apóstol se convirtió en un poderoso evangelista y autor de casi la mitad del Nuevo Testamento.
Pedro negó —no una, sino tres veces— que conocía al Señor. Aun así, Dios eligió a este sencillo pescador para predicar en el día de Pentecostés.
Dios ve más allá de nuestras debilidades humanas la posibilidad de lo que somos capaces de llegar a ser en Él.
Biblia en un año: ISAÍAS 15-18
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