Recordando....
Ismael Rivera, el único sonero mayor
De betunero a albañil, luego cantante, inventor de una manera propia de interpretar, ídolo en cada rincón de Puerto Rico. Pasó por las drogas y la cárcel, pero volvió para quedar eterno en la historia.
Los trozos de una canción que cantaba mi tío Jaime Santana fueron los que me llevaron por el mundo de la música tropical. Ese tema, de aquellos lejanos días de niño, se quedó por siempre en mi memoria.
Yo, yo, yo, yo, creo que voy solito a estar, cuando me muera, he sido el incomprendido, ni tú ni nadie me ha querido, tal como soy. Es Ismael Maelo Rivera, quien se reconoce en esta tremenda composición titulada Incomprendido, que viene en el disco Esto fue lo que trajo el barco, editado por el sello Tico en 1972, del que se desprenden Dime por qué y La gata montesa.
Por esas cosas que tiene la vida olvidé que el 13 de mayo se cumplieron 17 años de la ausencia de quien fuera bautizado como El sonero mayor por el cubano Benny Moré, otro gran cantante recordado como El bárbaro del ritmo.
César Miguel Rondón, en su obra El libro de la salsa, reconoce la importancia y trascendencia de Ismael Rivera en la música tropical. Esta apreciación está cimentada en que junto con su compadre de toda la vida, Rafael Cortijo, desarrolló más que nadie la bomba y la plena, consideradas como tradicionales ritmos puertorriqueños.
La bomba y la plena se interpretaban de dos maneras: en grupos folclóricos con percusión y canto y por medio de orquestas estilizadas.
Cortijo y sus muchachos hicieron más modernos estos ritmos agregando sonidos de viento, piano y bajo para letras de tres minutos como novelas de barrio. Ismael y Cortijo tocaron y cantaron en forma vigorosa y renovadora los aires criollos puertorriqueños, le otorgaron un aire fresco a esos tambores trepidantes.
El estilo de Ismael rompía con todos los esquemas precedentes imponiéndole nuevas formas y giros al canto caribe. Obviaba la fórmula tradicional de los cuatro versos para atacar el montuno, y lanzaba carretillas de frases y melodías entre coro y coro.
Esta tendencia de darle mayor libertad al montuno la iniciaron en Cuba Miguelito Cuní y Beny Moré, sin embargo, Ismael Rivera no solo inventaba melodías sobre el montuno sino que reducía o aumentaba los compases entre coro y coro según su inspiración.
Ismael y Cortijo se conocieron en el barrio de Santurce en San Juan de Puerto Rico, ahí compartieron pobreza, playa y repique de cueros, según testimonio del compositor Tite Curet Alonso. Ellos se encontraron trece años antes de que se conformara el Combo. Eran muy pobres los dos, Ismael era buen estudiante pero la albañilería y la música podían más, al cumplir los 18 ya era maestro de ese arte, al igual que su abuelo y tíos.
La primera vez que Ismael y Cortijo se juntaron para tocar fue en 1948, en el Conjunto Monterrey; Maelo como conguero y Cortijo como bongosero. Pese a su interés en cantar, nunca le dieron la oportunidad. Luego consiguió contrato con un sueldo de $ 32 semanales, por debajo de los $ 55 que ganaba como albañil.
La madre de Ismael, Margarita Rivera García, quien compuso los temas Maquinolandera, Las ingratitudes y La arañita, y que falleciera el 5 de abril del 2000, contaba que Ismael empezó a cantar con Francisco Kako Bastard.
Para hacerlo, huía de la casa durante las noches, en la escuela siempre formaba rumbas con latas y cajones de cerveza; aunque pobre y humilde, triunfó gracias a su genio.
A los 21 años se casó con Virginia Fuentes, al poco tiempo realizó su primera grabación con la Orquesta Panamericana: Cha Cha in blue, con ella también logró el éxito El charlatán, luego integró el Combo de Cortijo.
Rafael e Ismael siguieron juntos hasta 1962, cuando Maelo fue detenido por violar la ley de sustancias controladas y tuvo que cumplir una condena de cuatro años.
Debido a este suceso, el Combo de Cortijo se desintegró. Rafael Ithiers, pianista de Cortijo, aprovechó y formó junto con otros músicos del mismo grupo el Gran Combo de Puerto Rico, y Roberto Roena, que era bongosero, conformó su Apollo Sound.
Después de cumplir su condena Ismael regresó a la isla. Grabó dos discos con el nuevo grupo de Cortijo, pero en busca de mejoras viajó a Nueva York, donde grabó con Kako Bastard Lo último en la avenida (1971). Después de esta experiencia formó Ismael Rivera y Los Cachimbos, para producir discos de gran calidad como Eso fue lo que trajo el barco, Traigo de todo, De todas maneras rosas.
El primer disco con su orquesta, Controversia (1969), pronto fue un éxito. Luego vinieron temas como Incomprendido (reproducido aquí), compuesto para él por Boby Capó, quien también le regaló Las Tumbas, convertido luego en un himno por los presos.
La muerte de su compadre Rafael Cortijo lo afectó sobremanera, al extremo de perder la voz. Para 1987 se planeó un concierto en su honor, pero a Maelo se le apagó la vida antes.
Ismael Rivera murió de un ataque al corazón. En Puerto Rico hubo dos días de duelo nacional y el pesar del pueblo boricua y latinoamericano se escuchó por todos los rincones.
Su voz es inconfundible, su soneo ha quedado para la posteridad, es el sonero por excelencia, inventó un estilo propio; su capacidad para improvisar, crear frases y jugar con las palabras lo han hecho un grande de la música latina.
#QueremosVerSalsa
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