
Periodista especializado en actualidad, bienestar y estilo de vida
Elsa Punset: "Lo más importante que he aprendido es que hay que perdonarse rápido y pasar a la siguiente etapa. Pasamos mucho tiempo enfadándonos por lo que no podemos controlar o lo que nos equivocamos"
Elsa Punset nos da un chute de positividad y motivación, que siempre viene bien al empezar un año. No le des vueltas a cosas viejas, perdónate y sigue adelante.
¿Alguna vez has sentido que la vida se te escapa entre los dedos? La escritora y divulgadora Elsa Punset, experta en inteligencia emocional, lo resumía recientemente: “Creo que tenemos poca perspectiva y no nos damos cuenta de que nuestra vida es muy corta. Hay muy poco tiempo para aprender todo lo que hay que aprender”.
Y tiene razón. Entre rutinas, obligaciones y preocupaciones, olvidamos que el tiempo es limitado y que cada día cuenta. Por eso mismo, vamos a ahorrarte tiempo, querido lector o lectora, y pongamos resumidas algunas de las ideas motivadoras que nos aporta Punset.
“Yo he aprendido que hay que perdonarse, porque pasamos mucho tiempo enfadándonos con lo externo, con las cosas que creías que debías controlar y no has controlado, con las cosas en las que te has equivocado”, explicaba en un podcast con Laura Baena publicado este diciembre.
Seguro que su lista te suena familiar. Lo que “tendría” que haber pasado, lo que “debería” haber salido bien, lo que “no puedo permitir”. El problema es que ese enfado suele venir con trampa: te mantiene mirando atrás, justo cuando lo que necesitas es mirar al frente.
“NO ESTÁ MAL EQUIVOCARSE”
Por eso su razonamiento no es “ten cuidado, no te equivoques”, sino otro mucho más práctico. “Nos equivocamos y no está mal equivocarse, así es como aprendes”, nos dice Punset. “Lo que has de hacer es perdonarte rápido y pasar rápido a la siguiente etapa.”
Aquí hay una pieza psicológica importante: nuestro cerebro no está diseñado para que llegues a casa en paz, sino para que llegues a casa vivo. “Tenemos un cerebro que está programado para sobrevivir y que por ello tiene un sesgo negativo, que nos lleva a preocuparnos y vivir anclados en un exceso de emociones negativas”, apunta Punset.
Emociones negativas como el miedo, la rabia o el disgusto. Con ese sesgo negativo, la culpa y la rumiación, esos pensamientos repetitivos que nos dan vueltas y vueltas en la cabeza, tienen barra libre. No porque seas débil, sino porque tu mente tiende a escanear riesgos y errores como si fueran avisos de incendio.
¿Y qué hacemos cuando el cuerpo se pone en modo alarma? Muchas veces, agarrarnos a lo conocido. Punset lo describe con una imagen que cualquiera entiende: “El cerebro prefiere malo conocido a bueno por conocer.”
Por eso cuesta tanto cerrar etapas, cambiar hábitos o pedir ayuda. Somos criaturas de hábitos, y lo somos desde pequeños. “A menudo ni siquiera somos conscientes de eso hábitos”, dice esta experta. Es fácil y cómodo quedarnos parados y no reaccionar.
NO PARES: LO IMPORTANTE ES HACER
De ahí que “perdonarse rápido” es una estrategia de supervivencia emocional. “He aprendido a aceptar que hacemos lo que podemos, lo importante es hacer -dice-. Lo importante es no parar. Es no renunciar y no desgastarte, no perder la esperanza.”
En pleno diciembre, cuando acaba el año y uno hace balance y se plantea nuevos retos, su idea es sin duda motivadora. ¿Cómo se ve en un ejemplo real? Imagina que llevas semanas queriendo retomar el gimnasio, o estudiar, o dormir mejor. Fallas un día y tu cabeza te dice: ya está, lo estropeé.
Pues no, “perdónate rápido”. Tienes que oír a la experta Punset diciéndotelo en el oído. Cambia tu conversación interna: “vale, hoy no salió; ¿qué tal si lo intento mañana? ¿cuál es el paso pequeño para avanzar?”
De todas formas, retomando la idea de no parar, también hay que hacer un matiz. Punset no quiere decir que vayamos corriendo hacia ninguna parte. Nos dice que no nos desanimemos. A veces sí hay que parar. Te lo explico.
APROVECHA FIN DE AÑO PARA REFLEXIONAR
Hay fechas en el calendario que nos pueden ser muy útiles no solo para pasas página. También para parar y reflexionar. Una de ellas es sin duda el 31 de diciembre. Ya sé que al día siguiente no ha cambiado nada. Hay más transformación cuando vuelves de vacaciones largas en verano, por ejemplo.
Sin embargo, en Nochevieja, como en nuestro cumpleaños, podemos hacer balance. Repasar el año, qué hemos hecho bien, qué mejoraríamos, qué planes tenemos. Es un buen ejercicio mental (o escrito, porque es más constructivo si lo meditas y escribes) y te puede ayudar a ver las cosas con más claridad.
Punset lo recomendaba en otra entrevista previa, en la radio: “Estamos desbordados y es más importante que nunca parar y pensar qué es lo que está pasando.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario