"Anu", un pastor ovejero australiano, sale de la mano de su guía en busca de un ciclista y una senderista perdidos en un bosque. A la vez despega un dron para apoyar desde el cielo la misión: la tecnología, el olfato del perro y la experiencia del hombre combinan sus fuerzas en misiones de rescate.
En Suiza desaparecen cada año entre 3.000 y 5.000 personas, la mayoría senderistas, deportistas accidentados, niños, personas con demencia o con ideas suicidas, explica a Efe Romaine Kuonen, la presidenta de la Asociación Suiza para Perros de Búsqueda y Rescate (REDOG), la única asociación miembro de Cruz Roja que busca a personas desaparecidas en el país.
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Los guías y perros al mando de Kuonen partieron el año pasado a 22 misiones y desde otoño de 2016 trabajan con la Federación Suiza de Drones Civiles, con la que ya han colaborado en doce operativos de búsqueda y rescate.
"Vimos que necesitábamos un complemento desde el aire", señaló la presidenta de REDOG.
En cada misión hay un dron disponible que es pilotado por uno de los cinco pilotos con licencia de la Federación, en muchas ocasiones por Dominique Peter, que tiene más de diez años de experiencia desde que manejó su primer aparato no tripulado y que combina su pasión con una buena causa.
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