“Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo”. Efesios 4:21-24 (NTV)
El cambio en tu vida requiere un nuevo pensamiento. La batalla para cambiar los hábitos malsanos en tu vida siempre es una batalla mental. Comienza en la mente, y se gana o se pierde ahí.
Efesios 4:23 dice “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes” (NTV). No vas a cambiar hasta que tus pensamientos y actitudes cambien. Este es el por qué un tiempo devocional diario es importante. El tiempo que usas intencionalmente estudiando la Palabra de Dios y en la oración, es la renovación espiritual en tu mente. Si no estás haciendo eso, no vas a tener el poder de cambiar.
¿Conoces el término teológico para “cambio de mente”? Es la palabra “arrepentimiento”. Arrepentirse literalmente significa cambiar tu mente.
La palabra “arrepentirse” es en realidad una palabra griega –metanoia. Metanoia significa cambiar tu mente --volver de la muerte a la vida, del pecado al perdón, de la culpa a la paz mental, del infierno al cielo, de tu manera a la manera de Dios. El cambio más positivo en tu vida ocurrirá cuando te arrepientes de tus pecados y cambies del lamento a la paz mental y el perdón.
Tienes que aprender a pensar de una nueva forma sobre tus hábitos malsanos. Por ejemplo, aquellos hábitos son a menudo fortalezas mal utilizados. Esa es una nueva forma de pensar. Probablemente nunca habías pensado así, ¡pero eso es el arrepentimiento! Ese es un cambio de mente. Tus hábitos malsanos son a menudo dones de Dios que han sido mal utilizados.
Tienes que cambiar la forma en la que piensas. Filipenses 2:5 dice, “Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús” (NTV).
Dios quiere que aprendas a pensar como Jesús. ¿Cómo haces eso? De nuevo, es una elección. Tienes que hacer la decisión y decir, “Dios, ¿Cómo pensaría Jesús acerca de esto?” Entre más llenes tu mente con la Palabra de Dios, más fácil se irá haciendo.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué cosas llenan tu mente ya sea impidiéndote o ayudándote con tus esfuerzos en cambiar hábitos malsanos?
- Mientras examinas los hábitos malsanos en tu vida, ¿Cuáles representarían un mal uso de tus fortalezas dadas por Dios?
- ¿Cuáles cambios harás hoy en tu agenda, relaciones o actitud que cultivarán la renovación espiritual en tu mente?
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