Los organismos de salud solar de Australia y Nueva Zelanda aumentaron sus consejos sobre cuándo usar protector solar, sugiriendo ahora que los australianos lo aplican todos los días para evitar efectos adversos para la salud.
Lanzada el viernes, la actualización es el resultado de una Cumbre de protección solar que tuvo lugar en el estado australiano de Queensland el año pasado.
Durante la cumbre, representantes de algunos de los principales organismos de investigación, médicos, salud pública y defensa de Australia examinaron la evidencia actual sobre el uso de protector solar y determinaron que en la mayor parte del país es beneficioso aplicar protector solar todos los días.
"Hasta ahora, la mayoría de las organizaciones de salud pública han recomendado aplicar protector solar antes de las actividades al aire libre planeadas, pero no lo han recomendado específicamente todos los días como parte de una rutina matutina", dijo la profesora asociada Rachel Neale del Instituto de Investigación Médica Berghofer QIMR.
"En los últimos años, ha quedado claro que el daño al ADN que causa el cáncer de piel y el melanoma se acumula con pequeñas dosis repetidas de luz solar", dijo Neale.
"En Australia, recibimos una gran cantidad de exposición incidental al sol por las actividades cotidianas, como caminar hasta la parada de autobús o la estación de tren, o salir de la lavandería", dijo Neale.
De manera preocupante, un estudio de 2017 mostró que uno de cada dos australianos creía que no era saludable y potencialmente peligroso usar protector solar todos los días, lo que Terry Slevin, de la Asociación de Salud Pública de Australia, disipa como un mito.
"Hay evidencia consistente y convincente de que los protectores solares son seguros y que las reacciones ocurren en una proporción muy baja de la población", dijo Slevin.
"Es importante destacar que los ensayos clínicos han encontrado que las personas que usan protector solar diariamente tienen los mismos niveles de vitamina D que aquellos que no lo hacen", agregó Slevin.
Australia tiene una de las tasas más altas de cáncer de piel en el mundo, que se agrava por la proximidad del país a la Antártida, donde hay un agujero en la capa de ozono, lo que permite un mayor número de rayos UV dañinos.
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