Colas como negocio en Ciudad Guayana

 La crisis por gasolina activó a minoristas que utilizan las filas como área de trabajo y conductores que se aprovechan para surtir varias veces.

 Venden todo el día en las bombas porque “no hay más nada”

En las colas que forman los vehículos para surtir combustible, hay una cantidad considerable de personas que se dedican a la venta de alimentos, bebidas y distintos artículos de consumo.

En la Estación de Servicio (E/S) Rosa Bela, se formaron colas de más de 100 carros, en donde varias personas pasaron el rato esperando para moverse y avanzar.

Muchos individuos han dejado de ir a trabajar para poder surtir sus tanques, porque notan que la situación está cada vez más difícil.
Como lo explicó Claudio Cabrera, “uno descuida muchas cosas”; para pasar las largas horas suele contar con el apoyo de su familia y amigos que siempre están ahí.

Varios ciudadanos han adquirido la costumbre de apoyarse en parientes y allegados que cuidan los puestos, buscan refrigerios y hasta llegan a remolcar accidentados en las largas filas.

Oportunidad de negocio
Algunas personas vieron esta anomalía respecto al combustible como una oportunidad de negocio, así lo expresó una vendedora de golfeados de arequipe.
Desde que empezaron las colas ella se animó a vender de forma interdiaria estos bocadillos, y comentó que vende todo al final de la jornada, dependiendo de la cantidad de unidades que lleve consigo ese día.

Este tipo de actividades se normalizó en las grandes colas de las distintas E/S a lo largo del municipio.
Los usuarios suelen comprar distintos productos de consumo de los vendedores ambulantes, pero para otras personas en la cola, el panorama es distinto.

Preparación

Para pasar las horas, la gente suele llevar alimentos y bebidas de su casa. Édgar Martínez, trabajador independiente, informó que para las jornadas acostumbra a llevar “agua, pepito, comida ligera, rápida para aguantar”, ya que desde el mediodía del día anterior estuvo haciendo la cola.

En la E/S PDV Caura, algunos usuarios van acompañados de amigos, formando grupos de automóviles para hacer las colas.

Un señor, desde su vehículo, indicó que la logística de su grupo es que “algunos nos quedamos cuidando parte de la noche los carros, otros salen, buscan comida y en eso andamos, rotando para cuidar los puestos”.

La maniobra de “rotación” no es un elemento nuevo, ya que es muy constante en varias bombas que se turnen los choferes para pasar el día.

Las familias siempre están en constante comunicación a la hora de guardar puestos o de distribuir comida o agua a sus parientes.

Los padres a veces prefieren hacer las colas los fines de semana porque hacerlas durante los días de trabajo “entorpece la cotidianidad” y, aunque intenten, escogen ir a trabajar antes que tener un día improductivo o “perdido”.

Inseguridad

Algunos consumidores, como José Cedeño, están al tanto de la inseguridad que puede implicar estar en horas de la noche y la madrugada en la calle, pues se sienten “expuestos”.

Por eso, Cedeño optó por contratar en la noche anterior a un amigo para que cuidara los carros de él y de sus amigos, y “de ahora en adelante… continuaremos con ese modus operandi”, concluyó.

Este sábado las personas se encontraban sentadas en sillas plásticas en la acera junto a su automóvil, para poder pasar las largas horas en las colas, tomando sombra de los árboles, siempre viendo alrededor.

Experiencia

Hay otros sujetos que se dedican al comercio ambulante y pasan el día vendiendo distintos artículos.

La señora Neida Betancourt comentó que en estas colas expende café y cigarros.

Neida oferta estos artículos en efectivo y gana “más o menos”. Ella aclaró que pasa todo el día y se queda hasta las 3:00 de la tarde.

Individuos observan a los vendedores y adquieren los productos ofrecidos, por lo que es un negocio medianamente viable para los comerciantes que se dedican a esto.

Costumbre

También están los ciudadanos que pernoctan para poder adquirir un servicio elemental.

En las extensas filas de vehículos se notó lo que solían hacer. Algunas caminaban de un lado para otro. Mientras que otros esperaban inexpresivos dentro de sus autos.

La gran mayoría esperaba en las afueras de sus carros, mientras que uno que otro grupo se juntaba para jugar o escuchar música con alto volumen.

Esta situación respecto a la falta de gasolina ha desatado una irregularidad. Unos ciudadanos vacían los tanques de gasolina para guardar y nuevamente llenarlos, aún cuando han abastecido en días anteriores.

Un joven afirmó que “sacó” la gasolina del carro de su mamá, la guardó en un bidón y fue hasta la estación de servicio, donde su abuelo le estaba guardando un puesto al carro.

Atendiendo a esto último, las colas kilométricas de carros puede que no sean por entera necesidad de los usuarios, sino porque algunos que ven esto como un negocio, mientras que otros lo consideran prevención ante alguna inestabilidad.