Antigua casona patrimonio cultural de la nación, testigo mudo de la Caracas colonial de los siglos XVIII y XIX, se encuentra ubicada en la Urbanización San Bernardino, avenida Panteón, sector los Eraso; a través de los tiempos sin haber sufrido daños a causa del terremoto del 26 de marzo de 1812, con algunas mejoras y modificaciones, ha mantenido su estructura inicial. Actualmente se encuentra bajo la custodia de la Asociación Venezolana de Amigos del Arte. Antes de su construcción los terrenos de la zona cercanos al imponente cerro Guaraira Repano, eran utilizados en la siembra de caña de azúcar, árboles frutales, café y cría de animales.
El área que actualmente ocupa la vetusta vivienda cercana a la quebrada Anauco, fue adquirida en diciembre de 1796 a los descendientes de José Antonio Fortique por la cantidad de 125 pesos, por el capitán Juan Javier Mijares de Solórzano y Pacheco, de la descendencia del conde de San Javier. En 1797 se conocía la imponente casona como la Casa de Solórzano, utilizada para descansar, realizar reuniones familiares, siempre disfrutando la frescura que le permitía la cercanía con la montaña.
Solórzano había dispuesto en su voluntad testamentaria escrita en 1810, que la vivienda le quedaría a su esposa María Gerónima de Tovar, y al fallecer le correspondería a su hijo Miguel Mariano. Culminada la independencia, la familia Solórzano salió emigrada hacia Curazao a finales de 1821, para evitar alguna represalia por parte de las nuevas autoridades venezolanas.
La propiedad pasó a la nación según lo estipulado por la Junta Nacional de Secuestros. El general Pedro Zaraza, la solicita en pago a sus servicios prestados a la patria durante la emancipación; la ocupó por poco tiempo debido al fallecimiento ocurrido el 26 de julio de 1825. El general Francisco Rodríguez del Toro (el marqués), la ocupó en calidad de arrendatario el 26 de septiembre de 1826. Con motivo de su última venida a territorio nacional en los suntuosos salones se le ofreció un gran baile de bienvenida a Bolívar el 14 de enero de 1827, , permaneciendo hasta el 5 de julio de ese año, cuando salió de La Guaira rumbo a Cartagena de Indias. En la Quinta Anauco hospedó al Libertador entre el 2 y el 6 de julio de 1827.
El Padre de la Patria le recomendó a su pariente adquirir la cómoda residencia, aspecto que se materializa el 3 de diciembre de ese año. A partir de ese momento la casona será denominada la Quinta de Anauco. Al fallecer el marqués del Toro el 7 de mayo de 1851, su familia continúa ocupándola. En una oportunidad la alquiló a Richard Bighan, Encargado de negocios de Inglaterra hasta la adquisición por parte de Domingo Eraso en 1860, por la cantidad de seis mil pesos. La familia Eraso permaneció en la residencia durante unos noventa y siete años. Los hermanos Mercedes, Cecilia y Enrique nietos de Don Domingo, donan la Quinta Anauco a la nación el 25 de junio de 1958, con la cláusula de que siempre sea sede del Museo de Arte Colonial, bajo la custodia de la Asociación Venezolana de Amigos del Arte Colonial; digna institución fundada por el doctor Alfredo Machado en 1942, con sede inicial en la esquina de Llaguno, e instalada en la Quinta Anauco en 1961, cuando fue abierta al público como Museo de Arte Colonial de Caracas, luego de una restauración de tres años.
El ejecutivo nacional a través de la Junta Nacional Protectora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, declaró la colonial casona en Monumento Histórico Nacional el 24 de enero de 1978 según Gaceta Oficial Número 31.412. El visitante regresará en el tiempo unos doscientos años a la Caracas de los techos rojos, cuando observe los salones, patios empedrados, los amplios corredores, muebles, tallas, bibliotecas, oratorios, cuadros, objetos religiosos, utensilios de cocina, pinturas que representan: La Dolorosa, Nuestra señora de la Luz, Nuestra señora del Rosario, Retrato de Carlos III, San Francisco de Asís, Coronación de la Virgen entre tantas valiosas obras de arte, celosamente cuidadas y mantenidas, igualmente podrá observar objetos de la época republicana; podrá disponer de los servicios de la tienda o del salón de usos múltiples. Es la Quinta Anauco un verdadero oasis cultural de la Caracas actual.
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